4 de agosto de 2016

Por el momento



SEIS MESES DE GOBIERNO DE MACRI: MUCHOS ERRORES Y MUCHAS CRÍTICAS. SÓLO LO APLAUDE LA SOCIEDAD RURAL 

Llama la atención que el conjunto de decisiones políticas, cuestiones éticas y frases infelices del Presidente, que ha obtenido cuantiosas críticas y escasos elogios, no haya logrado perjudicar seriamente a su responsable. En efecto, el clima social aún no ha entrado en erupción. Las dos expresiones de protesta que Macri cosechó en estos meses –un escuálido ruidazo y un paro de escasa repercusión- no consiguieron mover el amperímetro social. ¿Por qué? 

Por Marcelo R. Pereyra 

YO, TÚ, ELLOS

En estos primeros meses de gobierno de Mauricio Macri parece imperar, en la mayoría de los habitantes de la Argentina, un mix de sensaciones que pasan por la bronca, la frustración, el rechazo y/o la resignación. Y es que don Mauricio ha hecho mucho para ganarse todo esto y más todavía: el descontrolado aumento de precios en general, y de servicios públicos y combustibles en particular, con el consecuente recalentamiento inflacionario; la no sanción de las modificaciones del impuesto a las ganancias; el lentísimo comienzo de los programas de inversión en general y sobre todo el de obras públicas;el retraso salarial; el favorecimiento de la concentración de medios de comunicación en desmedro de los medios populares y comunitarios; el cumplimiento estricto de los pagos de la deuda externa fraudulenta; el alineamiento incondicional con los países industrializados y el relajamiento de los procesos de integración regional; elintento de implantación de un protocolo “antipiquetes” y otras lindezas por el estilo han cosechado más críticas que aplausos.

Y si todo esto no bastase para conformar una imagen negativa del gobierno, hay algunos aspectos éticos del Presidente sumamente cuestionables, como el hecho de tener su plata en el exterior, la empresa familiar fantasma en Panamá y constitución de un fideicomiso con solo una parte de su patrimonio (y no con la totalidad, como había prometido en la campaña electoral).

A esta incompleta lista de temas conflictivos habría que sumar algunas opiniones presidenciales que no tuvieron buena aceptación, como por ejemplo: 

"Si están en sus casas en remera y patas, están consumiendo energía de más". 
"Los próceres debían sentir angustia, querido rey, al separarse de España".
"A nuestros trabajadores les digo que tenemos que alejarnos del ausentismo, la licencia y las jornadas reducidas”.  
"La gente se tiene que sincerar que es pobre, que tenía un nivel de vida que no le correspondía". 

Lo notable es que este conjunto de decisiones políticas, cuestiones éticas y frases infelices no ha logrado perjudicar seriamente a su responsable. En efecto, más allá de lo que pueden decir ciertas encuestas, el clima social por el momento no ha entrado en erupción. Las dos expresiones de protesta que Macri cosechó en estos meses –un escuálido ruidazo y un paro de escasa repercusión- no consiguieron mover el amperímetro. ¿Por qué?

Las respuestas posibles son varias y distintas según abarquen a los simpatizantes de Macri, a los simpatizantes del kirchnerismo y/o a la población en general.Entre los primeros hay varios decepcionados. No esperaban que su gobierno perjudicara drásticamente su economía doméstica. Eran conscientes de la necesidad de actualizar las tarifas, pero no que se hiciera de una manera tan brusca. Con todo, los más fanáticos defienden todo lo actuado por la administración Macri enarbolando la teoría de “la bomba de tiempo”, según la cual Cristina Fernández habría diseñado un siniestro plan para perjudicar el gobierno de… Daniel Scioli (pues no creía que pudiera ganar Macri), y, por lógica, son los más esperanzados. Los más críticos son los que votaron a Macri para votar contra CFK: estos se sienten francamente defraudados, pero se bancan la situación con tal de ver muy de lejos a los Ka. Por la misma razón, y a pesar de su actual mal humor, por el momento votarían de nuevo al PRO en las legislativas de 2017.

Por su parte, los kirchneristas disfrutan alegremente del festival de desaguisados macristas, soslayando los errores, maldades, abusos y negociados que se perpetraron en los gobiernos de Néstor y Cristina. Así, a cada paso judicial que perjudica a un ex funcionario Ka contragolpean destacando alguna de las barrabasadas que comete el gobierno. Sin embargo, muchos –aunque no lo reconozcan abiertamente- se han visto impactados por las revelaciones sobre la corrupción en el anterior gobierno. No les resulta fácil explicarlas. Los más las ignoran olímpicamente y las atribuyen a una operación clarinista. Los menos apelan al recurso de “hechos aislados” o elaboran galimatías lingüísticos, como el del jefe del bloque peronista de Diputados, Héctor Recalde, quien declaró que los gobiernos kirchneristas no fueron corruptos sino que en ellos hubo funcionarios corruptos. Con todo son los opositores más acérrimos –ellos organizaron el ruidazo- y sin embargo no logran todavía movilizar masivamente conciencias y cuerpos. En esto puede estar influyendo la diáspora que sufrió el Frente para la Victoria después de su derrota electoral. Si los gremialistas están planeando unirse –lo de las cinco centrales sindicales es uno más de los delirios de la era Ka- para pelear por salarios e impuesto a las ganancias, los políticos peronistas, en cambio, están buscando diferentes caminos para despegarse del kirchnerismo. Es que la derrota electoral es un duro golpe al narcisismo político, una bebida amarga que nadie quiere beber y una hija entenada de la que nadie se quiere hacer cargo. Ya se oyen entonces voces disidentes entre los que eran los perros más fieles de Néstor y Cristina, ya se han producido escisiones en el bloque de diputados y ya hay contactos y conversaciones con quienes hasta ayer eran odiosos enemigos, como Sergio Massa. Y ni hablar de los gobernadores peronistas que se “macrizaron” para obtener del gobierno unos pesitos más para su provincia. Así, distraídos en estos menesteres y tratando de elaborar el duelo de una derrota que todavía no pueden creer ni explicar, los dirigentes y simpatizantes del peronismo Ka y del no-Ka por el momento están verdes para pasar a una etapa superior de enfrentamiento con Macri.

Y por último están los que votaron por Macri, o por Scioli, o por Massa, sin muchas convicciones políticas, más por razones prácticas, suponiendo que un nuevo presidente modificaría las cosas que se estaban haciendo mal. Después de todo, los tres proponían una agenda semejante. Pues bien, estos ciudadanos son los que se sienten más frustrados porque eran los que más esperaban cambios concretos en su vida cotidiana, pero a favor. Sin embargo, por el momento optan por una resignación fatalista. Ya han diagnosticado que Macri es más de lo mismo, que el país, por lo tanto no va a cambiar mucho y se esperanzan conque los tarifazos se moderen.  Se conforman con poco, tal vez. Algunos agradecen porque Macri no los asfixia con cadenas oficiales; otros se entusiasman con la salida del cepo al dólar o la posibilidad de comprar nuevamente en el exterior por internet y todos se horrorizan cada vez que se descubre un nuevo caso de corrupción del gobierno anterior, aunque –como son los más realistas de todos- saben que tarde o temprano aparecerán los casos del gobierno actual.

¿CALMA CHICHA?

Así las cosas, la Argentina y su gobierno transitan su segundo semestre con relativa tranquilidad. Por el momento las escenas pornográficasen las que hay tipos contando millones de dólares y brindando con whisky, las de fiscales removiendo tierra para encontrar bóvedas subterráneas y las de ex funcionarios escondiendo bolsos con más millones de dólares con la complicidad de unas inocentes monjitas, parecen estar conteniendo a los espíritus más levantiscos. Es que, hay que reconocerlo, a los laburantes que se rompen el lomo a diario, que viajan como animales, que sufren los cortes de luz, que padecen el autoritarismo de empresas privadas que nunca dan explicaciones y siempre salen ganando y las obscenas imágenes de montañas de billetes que totalizan sumas inimaginables para ellos les resultan fascinantes y revulsivas a la vez. Es decir, los sorprenden y los indignan al mismo tiempo. Y lo que es peor: los paralizan. 

Por el momento. 

http://revistacontracultural.blogspot.com.ar/

No hay comentarios: