6 de diciembre de 2016

Estamos peor, pero vamos mal

EN SU  PRIMER AÑO EL GOBIERNO DE MACRI NO MUESTRA  GRANDES DIFERENCIAS CON EL KIRCHNERATO 

En su primer año, el gobierno del presidente Mauricio Macri exhibe más similitudes que diferencias con respecto al de su predecesora, Cristina Kirchner. Esta afirmación es particularmente válida para los asuntos económicos. Macri hizo explotar alegremente todas las bombas de tiempo que le había dejado el kirchnerismo: no tuvo problemas en devaluar la moneda un sesenta por ciento, tampoco los tuvo para levantar el cepo a la compra de dólares y no le tembló el pulso para pegarle un importante sacudón a las tarifas de servicios públicos. Por supuesto que con estas medidas la promesa electoral de “Pobreza cero” quedó en eso, en una promesa, como suele suceder con todo lo que los políticos burgueses prometen durante sus campañas. 

Por Marcelo R. Pereyra 

EL ARRANQUE  

Después de la devaluación, los aumentos de tarifas, los despidos y la falta de inversiones productivas es indudable que estamos peor, pero vamos mal. Todos los analistas se preguntan y tratan de explicar por qué no “arranca” la economía. Y es que la economía ya “arrancó”, pero no para el pueblo y las clases medias sino para los grandes exportadores agropecuarios y para los especuladores financieros que hicieron un negoción comprendo y vendiendo las letras del tesoro. También “arrancó” la economía para las empresas mineras, beneficiadas con una rebaja impositiva, al igual que la producción agropecuaria. Y otros que “arrancaron” son los empresarios de los multimedios, a quienes Macri les otorgó carta franca para vender, comprar y/o fusionarse sin odiosas restricciones. De manera que hay una apropiación diferenciada de la renta de la que sólo unos pocos se ven beneficiados. Esto es lo que ocurre en cualquier país capitalista, incluyendo los Estados Unidos, donde durante la administración Obama los ricos se volvieron más ricos, y los pobres más pobres, aspecto éste que explica –en parte- el supuestamente sorpresivo triunfo de Donald Trump. Y por supuesto la injusticia distributiva también tuvo lugar en la Argentina de los Kirchner, pese al relato “progresista” construido para disimular los beneficios, prebendas y negociados en favor de empresarios amigos y los delitos de corrupción cometidos por algunos de esos empresarios en asociación ilícita con los funcionarios del Ministerio de Planificación Federal que comandaba Julio de Vido. 

FIGURACIONES  

Primero invento pobres y enfermos, después regalo el hospital (“¿Diablo estás?”, María Elena Walsh).

Así como Macri habla hoy en día de amor, de unidad entre los argentinos y de otras figuraciones, en un relato en el que la política tiene un ausente sin aviso, los kirchneristas en sus fogosos discursos nacionales y populares se proclamaban poco menos que los nuevos Che Guevara. En realidad el actual presidente y sus predecesores de lo que nunca quieren hablar es de la inequidad y la marginación que ellos mismos crearon con sus políticas.  Es vieja esta historia de crear pobres para que después ellos dependan de la ayuda de los gobiernos, pero en Argentina desde 2001 en adelante la ayuda gubernamental a los más pobres se convirtió en una herramienta política fundamental para ganar elecciones. Macri lo sabe y no sacó un peso del presupuesto destinado la “asistencia social” -eufemismo con el que se denomina al clientelismo lectoral-; al contrario, acaba de asignar miles de millones de pesos a movimientos sociales que hasta hace poco eran desconocidos. No son pocos, en esos movimientos, los punteros del peronismo que dispondrán del libre manejo de los fondos, tal como ocurrió en el kirchnerismo con Hebe de Bonafini y Milagro Sala. Las consecuencias de poner referentes sociales a construir viviendas para pobres, asumiendo tareas que no les son propias al reemplazar al Estado, están a la vista. 

PASOS PERDIDOS 

La continuidad kirchnerismo - macrismo se aprecia con prístina claridad en el Congreso, donde los legisladores de la oposición peronista, en sus distintas variantes, suelen votar casi todas las iniciativas del gobierno. El presupuesto y otras leyes salieron como por un tubo, aunque otros proyectos demoraron un poco, como el del impuesto a las ganancias. La prometida rebaja del mínimo no imponible prometida por Macri es otra de las mentiras que se dicen durante la campaña. Los economistas y empresarios ultraliberales están furiosos con el Presidente porque el gobierno sigue aumentando su déficit a costa de pagar planes y subsidios para todos y todas, igual que durante la era ka. Y para ello necesita recaudar. Por eso mantiene una presión impositiva asfixiante. 

Como sea, en los pasillos y salones del Parlamento reina la buena onda. El presidente de la Cámara de Diputados, puesto allí por el oficialismo, acaba de admitir su militancia peronista y a nadie se le cayó un anillo. Y el jefe de los diputados de Cambiemos reconoció tener una excelente relación con su colega ka, el ex ministro de Economía Axel Kicillof, de quien dijo que es una persona “muy distinta a la que me imaginaba”. 

Dando muestras de sana confraternidad política, legisladores y legisladoras oficialistas y opositores se pegaron un viajecito por los Estados Unidos, financiado por los dineros públicos, para monitorear (¿?) las elecciones en ese país. Con una rubia en el avión,  el picarón de Daniel Scioli, a quien le están rodeando el rancho con denuncias de corrupción que recaen sobre él y sobre quien fuera su jefe de gabinete, cuando fue gobernador también se hizo pagar vuelos para uso particular. 

CAMBIEMOS, PARA QUE NADA CAMBIE 

Los modos y el estilo de Macri y sus ministros podrán ser más amables y educados que los que tuvieron Cristina Fernández y los suyos, pero sus políticas se revelan muy similares. El primer año sin kirchneristas en el gobierno se parece mucho a los doce anteriores. No hay más que recorrer los barrios del conurbano bonaerense para ver la misma miseria; no hay más que recorrer las cárceles para ver que los que están  presos son siempre los mismos; no hay más que recorrer las calles de Buenos Aires para ver a los mismos indigentes sin techo y sin comida. 

El militar prusiano Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz  se hizo famoso por su frase: “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. A pesar de que un año puede ser poco tiempo para evaluar a un gobierno, las evidencias que aquí se han aportado permiten afirmar que el macrismo es la continuación del kirchnerismo por otros medios. 

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Y en eso se fue Fidel

A LOS 90 AÑOS, FALLECIÓ UNO DE LOS PERSONAJES MÁS INFLUYENTES DE LA POLÍTICA CONTEMPORÁNEA, GRAN ESTRATEGA Y ANALISTA DE SU TIEMPO HISTÓRICO 

Pasó a la inmortalidad. Fidel Castro Ruz, adelantado siempre, ya había dejado de ejercer cargos políticos dedicándose a afilar su pluma. Luego de nueve días de luto, la frase " yo soy Fidel" ya pasa a ser inmortal. 

Por Marcelo J. Levy 

Todos sabían que iba a ocurrir. Tarde o temprano. Pero no hay preparación posible. La muerte de Fidel Castro generó una suerte de orfandad generalizada para todos los latinoamericanos que creemos que otro mundo es posible. Está llegando a su fin un año muy hostil, donde las derechas latinoamericanas irrumpieron con la furia contenida de una década, a arrasar con todo y deleitándose con las mieles de la venganza: el tiro del final parece ser la ida de Fidel.

En el 60 aniversario de la partida del Granma desde México, que inició la gesta heroica, todavía el líder indiscutido de la revolución cubana seguía marcando el paso del proceso cubano y regional.

Nunca habrá Cuba sin Fidel, como tampoco hay Cuba sin Martí, y ninguna nación sin sus padres fundadores. Fidel está en nuestra existencia toda y en las enseñanzas y el ejemplo que nos legó. Por eso, millones de cubanos corean hoy y para siempre: "Yo soy Fidel". 

Y no sólo Cuba lo ama: su misión solidaria lo convirtió en un idolatrado líder mundial. Más de cien países lamentan su pérdida, y muchos mandatarios de diversas ideologías lo proclaman el más importante político del siglo XX. 

Fidel, pasa a la historia como uno de los hombres que el imperio no pudo liquidar física ni espiritualmente, a pesar de los miles de intento fallidos, gracias a su alta preparación y capacidad para el combate y su gran coherencia expresada en la ética y moral a favor del pueblo. Fidel nos enseñó, entre otras cosas, que la política se hace con el pueblo y para el pueblo, con trabajo, estudio y honestidad. Él nos enseñó que la política revolucionaria no se hace con trampas ni pactos con la derecha ni el reformismo. En tal sentido Fidel es el Pueblo Cubano y viceversa. Allí está lo gigante, el no defraudar ni abandonar la causa popular a pesar de bloqueos imperiales, amenazas terroristas, etc. 

Se nos fue Fidel, como ayer Bolívar y Chávez, pero estos hombres son tan inmensos, que dejan con nosotros su espíritu inmortal. Son por ello referencia obligada, porque a diferencia de muchos que pretenden ser líderes de sus pueblos y no logran serlo por su pobreza de espíritu y de pensamiento, estos seres pareciera que nacen predestinados para dejar su sello marcado eternamente sobre sus pueblos, y lo más importante, un legado de tal dimensión que nunca pareciera dejar de estar vigente, porque además tienen la virtud de ser visionarios para poder avizorar, lo que vendrá y así adelantarse a los tiempos y poder en consecuencia orientar, con propiedad el curso de la historia y de los pueblos que la escriben. 

Fidel es depositario de un sentimiento, de una idea, de una lucha que viene desde hace milenios: la liberación del hombre de su verdugo, del propio hombre, que inconsciente, egoísta, ignora que su suerte es la suerte de toda la humanidad, que no hay felicidad individual, que el destino es social.

No hay otro homenaje a Fidel que continuar su obra, de velar, como el mismo nos dijera, por la pureza de su pensamiento, que es el de la Revolución. Fidel es Fidel porque es idea y práctica, quiebre con lo establecido, riesgo de cambiar, educación de la masa, guerra cultural.

Así nos revelaba su pensamiento revolucionario un 1 de mayo de 2000 en la plaza de la revolución: “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.” 

Fidel, no te extrañaremos, pues estás en nosotros. Hasta la victoria siempre!  

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El EZLN, la izquierda partidista y el Estado mexicano

LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES TENDRÁN UNA CANDIDATA INDÍGENA 

La polémica desatada por el anuncio del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Congreso Nacional Indígena (CNI) en el sentido de que están considerando la posibilidad de lanzar una candidata indígena a la presidencia en las elecciones federales del 2018 parece nutrirse de la larga historia de desencuentros entre las dos grandes corrientes de la izquierda mexicana: los reformistas y los movimentistas. En realidad descansa en un contexto en el que izquierda y derecha han perdido sentido desde la perspectiva del cambio social, donde la lucha electoral se encuentra en su nivel más bajo de popularidad desde el triunfo de la revolución mexicana y la dinámica geopolítica heredada por el fin de la segunda guerra mundial no opera más. 

Por Rafael de la Garza Talavera (desde México) 

Desde la caída del Muro de Berlín, la descomposición de la dinámica política surgida al calor de la revolución francesa es el pan de cada día y sus síntomas se muestran con más fuerza. A contrapelo, las instituciones liberales parecen seguir como si nada, sostenidas por la conveniente certeza de que la crisis es de carácter coyuntural y no estructural, de que el problema es sólo cuestión de ajustes y reformas. Ya en su momento, un crítico certero de dicha actitud anunció el fin de la era de los partidos políticos, como ejes centrales de la participación política, para dar paso a las de los movimientos antisistémicos. De acuerdo con Immnuel Wallesrtein, los estados liberales –que se apoyan en la democracia procedimental- “… pueden escoger entre ayudar a la gente común a vivir mejor y ayudar a los estratos superiores a prosperar aún más. Pero eso es todo lo que los estados pueden hacer… Si queremos afectar de forma significativa la enorme transición del sistema mundial que estamos viviendo… el estado no es un vehículo principal de acción. En realidad, más bien es uno de los principales obstáculos.” (1)

En este sentido, la insistencia de luchar por la conducción del estado a través de las elecciones, si bien no puede ser descartada como táctica política a corto plazo, no ofrece una salida real a la presente coyuntura. Es cierto que las elecciones pueden abrir paso a un gobierno más proclive a mejorar la distribución del ingreso pero al final la misión el estado liberal permanece y solo es cuestión de tiempo para que los gobiernos populares sean sustituidos por los derechistas. Baste observar el caso de Argentina o de Brasil, con todas las singularidades de ambos casos. Si las elecciones mantienen la presencia de gobiernos populares de manera reiterada, el sistema político posee las piezas necesarias para revertir semejante tendencia y realizar cambios, ya sea por medio de golpes de estado de viejo cuño o los llamados golpes blandos que cuentan hoy con amplia aceptación entre los dueños del dinero.

Aceptar lo anterior desde el interior de los partidos políticos implicaría comprender "que las estructuras estatales han llegado a ser (¿han sido siempre?) un obstáculo importante para la transformación del sistema mundial, incluso cuando (o quizá especialmente cuando) fueron controlados por fuerzas reformistas, es lo que está detrás del vuelco general en contra del estado en el tercer mundo”. (2) Dicho de otro modo, aceptar que la tierra prometida de los liberales es una ilusión que sólo serviría para que lo esencial permanezca –a pesar de las buenas intenciones de leyes, reformas y lo que se acumule- necesariamente implicaría modificar radicalmente la estrategia política de los que viven del gatopardismo progresista o conservador, de la ilusión liberal.

La probable candidatura del EZLN-CNI para el 2018 ha vuelto a poner en el escenario mexicano el abierto conflicto entre los que no comprenden o no quieren comprender lo arriba expuesto y los que han venido construyendo nuevas opciones a partir del reconocimiento del fin de la decadencia del estado liberal. Y esto no necesariamente coincide con los planos izquierda y derecha sino con la búsqueda de otros horizontes para la construcción de un mundo nuevo. Mucho menos con el estás conmigo o estás contra mí, argumento muy utilizado por los promotores de la unidad de la izquierda bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Este argumento responde básicamente a la estrategia frentista, que resulta más útil al sistema que a las aspiraciones de un cambio real. El triunfo de la izquierda partidista sólo le daría un poco de oxígeno a un sistema caduco pero la marginación, la discriminación y el racismo seguirían gozando de buena salud, no se diga la acumulación de capital, las guerras ‘justas’ y los premios Nobel a generales, asesinos y genocidas.

La candidatura de una mujer indígena y las reacciones del ‘establishment’ electoral mexicano no sorprenden a nadie, mucho menos las burlas y sarcasmos de corte racista. ¿De dónde proviene el combustible para descalificar o incluso considerar una traición o parte de un complot maquinado por los dueños del dinero en México? Del miedo, del temor de que una candidatura indígena autónoma exponga una vez más las limitaciones, la patología de un régimen que apenas puede mantenerse en pie. Porque los contrastes rayarían en lo grotesco: saco Armani contra huipil; millones de pesos (sucios y no tanto) contra ¿miles?; palabras vanas, promesas falsas contra principios claros y llamados a la acción autónoma; entrevistas pagadas en todos los medios de comunicación y una avalancha de spots contra encuentros cara a cara para escuchar, para dialogar. Pero sobre todo porque haría visible, una vez más, que nuestro país es enormemente desigual, que las elecciones son un circo y que el poder del dinero es el que las decide. Porque en las elecciones de 2018 no será el voto a favor de la candidata indígena lo que decidirá la suerte de AMLO sino su capacidad para diluir su imagen pública a contentillo de los que deciden las elecciones. Hay que admitir que el propio AMLO es consciente de lo anterior al grado de que ha dado pasos en ésa dirección al conceder la amnistía anticipada a Peña y sus amigos, al abrir la puerta del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) a priistas ‘buenos’ y demás fauna del sistema político. Y claro de cuidarse de mirar abajo y a la izquierda para promover sus demandas, apoyando públicamente el laboratorio zapatista en Chiapas, visitándolo para entablar un diálogo, criticando las limitaciones de los partidos centralizados a partir de un liderazgo carismático.

Aceptando sin conceder que la llegada de AMLO a Los Pinos modifique la agenda gubernamental lo suficiente para aminorar momentáneamente la debacle del estado mexicano no por ello se puede pensar que el cambio será real. Lula da Silva puede ser un buen ejemplo de las limitaciones a las que se enfrenta un gobierno de izquierda partidista, de sus posibilidades y de sus consecuencias. En todo caso, la propuesta del EZLN y del CNI debe ser respetada e incluso bienvenida no sólo por su contenido simbólico sino por su vocación autónoma y por donde se vea, su legitimidad y legalidad. Su potencial estratégico está relacionado con la posibilidad de que la ‘comprensión’ de los límites del sistema actual se amplíe a la mayor parte de la población excluida para acabar con el ilusionismo liberal. Y esa no es una tarea menor, es de hecho una de las tareas estratégicas que el movimiento zapatista se ha planteado casi desde su nacimiento. Gracias a ella ha despertado simpatías alrededor del mundo y le ha dado vida a la posibilidad de imaginar un mundo donde quepan muchos mundos.  

Notas:
1) Wallerstein, I. Después del liberalismo. México, S. XXI, 2005. p. 7
2) Ibídem. 

http://lavoznet.blogspot.mx/2016/10/el-ezln-la-izquierda-partidista-y-el.html

El mensaje postelectoral de Bernie Sanders

¿UNA ALTERNATIVA PROGRESISTA EN ESTADOS UNIDOS?

Bernie Sanders no aparecía en público en Filadelfia desde julio. En esa oportunidad, durante la Convención Nacional Demócrata, vio a su rival de las primarias, Hillary Clinton, alcanzar la nominación como candidata a la presidencia por el Partido Demócrata. Esta semana Sanders dijo: “Me preocupa profundamente el futuro de la democracia estadounidense”. Millones de estadounidenses votaron por Sanders en las primarias. Casi sin ayuda de los medios de comunicación, Sanders transformó la elección presidencial estadounidense de 2016: logró conectarse con la población de una manera especial e inspiró a muchos y muchas a comprometerse con una mirada progresista de cara al futuro. 

Por Amy Goodman y Denis Moynihan (desde Estados Unidos) 

Las cadenas de televisión continúan haciendo sus “mea culpa” tras el resultado de las elecciones, arrepentidas de haber confiado en encuestas incorrectas. Pero no es común escuchar que alguna de las personalidades destacadas de los noticieros admita la gran equivocación que cometieron con relación a la cobertura de la campaña de Sanders. Los medios de comunicación de Estados Unidos efectivamente dieron la espalda al precandidato de uno de los dos principales partidos que de manera consistente llevó a cabo los eventos de campaña más multitudinarios, incluso sin la difusión de los grandes medios de comunicación.
En cambio, Donald Trump recibió una cobertura total. Las cadenas de televisión siguieron de cerca cada uno de sus movimientos o de sus publicaciones en Twitter y prácticamente todos sus discursos. Fueron los grandes medios de comunicación estadounidenses los que crearon al candidato Donald Trump. Los estimativos del tiempo al aire que recibió de forma gratuita oscilan entre el equivalente a mil millones y tres mil millones de dólares.

¿Y qué pasó con Bernie Sanders? El Informe Tyndall analizó la cobertura de la campaña electoral realizada por las principales cadenas de televisión en 2015. De los más de 1.000 minutos de tiempo al aire dedicados a la campaña electoral en general a nivel nacional, 327 fueron para Donald Trump, es decir, casi la tercera parte de toda la cobertura de campaña. A Bernie Sanders se le destinaron solo 20 minutos. Hillary Clinton recibió 121 minutos de cobertura de campaña, seis veces más de lo destinado a Sanders. El programa “ABC World News Tonight” dedicó 81 minutos al aire a informes sobre Donald Trump, en comparación con solo 20 segundos destinados a Sanders.

Le preguntamos a Sanders qué tuvo que hacer para asegurarse 20 segundos completos de cobertura en ABC y rió a carcajadas: “Tuvimos la mala suerte de intentar hablar de los problemas que verdaderamente enfrenta Estados Unidos y de proponer soluciones reales. Trump publicaba en Twitter lo feos, horribles, desagradables o terribles que eran sus oponentes de una muy mala manera. Y eso era perfecto para los medios de comunicación. Es un buen fragmento de doce segundos. Pero en doce segundos no se puede hablar del declive de la clase media o de por qué tenemos grandes niveles de inequidad en los ingresos y la riqueza. Y en segundo lugar, para ser francos, tampoco están terriblemente interesados en hablar de eso". Aunque los medios de comunicación pueden no haber estado interesados en el mensaje de Sanders, los votantes sí lo estaban. A pesar del vacío de los medios de comunicación, Sanders ganó 23 elecciones primarias y un 46% de los delegados elegidos por voto popular, comprometidos a votar por él en la Convención del Partido Demócrata.

Una vez que el presidente Barack Obama abandone la presidencia, Sanders bien podría convertirse en el demócrata más poderoso del país, aunque técnicamente no sea demócrata, sino socialista independiente. Su éxito lo ha catapultado a integrar el liderazgo del Partido Demócrata en el Senado. “Acepto esta responsabilidad como Coordinador de Acción Política con muchas inquietudes, pero también con mucho entusiasmo. Es claro que el enfoque actual no está teniendo éxito y que necesitamos un nuevo enfoque. Y creo que ese nuevo enfoque sería generar una estrategia que comprenda a los 50 estados. Eso implica que empecemos a trabajar juntos en estados en los que los demócratas se han dado por vencidos desde hace décadas. Y lo que es más importante aún, que creemos una especie de partido de base, en el que las personas más importantes del partido no sean solo los acaudalados contribuyentes de la campaña, sino los trabajadores, los jóvenes, la gente de la clase media". Es por ello que Sanders apoya la candidatura de Keith Ellison como presidente del Comité Nacional Demócrata. Ellison es el copresidente del Bloque Progresista del Congreso y es además el primer miembro musulmán del Congreso.

Sanders se cuida de no hablar mal de todos los simpatizantes de Trump. “Sería un trágico error creer que todos aquellos que votaron por Donald Trump son ‘detestables’. No lo son. Son personas que están decepcionadas, enojadas con el poder establecido. Y, desde mi punto de vista, el Partido Demócrata no logró transmitir claramente a esas personas, ya sean blancas, negras, latinas, asiático-estadounidenses, mujeres, homosexuales o lo que sea, que estamos de su lado”.

Bernie Sanders transformó su campaña electoral en un colectivo llamado “Nuestra Revolución” para continuar organizándose. “Ahora nos encontramos en un momento difícil. Pero a lo largo de la historia, la gente seria ha dado batalla… Pensemos en 120 años atrás. Había niños que trabajaban en las fábricas y perdían los dedos. La gente luchó. Luchó para crear sindicatos. Pensemos en el movimiento de las mujeres. Pensemos en el movimiento por los derechos civiles. Pensemos en el movimiento por los derechos de las personas homosexuales. Pensemos en el movimiento ambientalista. Pensemos en todos los obstáculos que esa gente ha tenido que superar... Nadie en esta habitación o en este país tiene derecho a decir ‘me doy por vencido’. Por el contrario, tenemos que comprometernos y empezar a luchar”.

Bernie Sanders ha dedicado su vida a luchar por causas progresistas. Mientras el mundo entero se prepara para la presidencia de Trump, Sanders está decidido a no bajar los brazos.

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10 de noviembre de 2016

Más lejos del despegue

DESEMPLEO, DETERIORO DEL SALARIO Y DEUDA AGUDIZAN EL CONFLICTO SOCIAL 

118 mil puestos de trabajos menos, aumento de la informalidad laboral, pérdida en el poder adquisitivo de los salarios, incremento del endeudamiento y dólares que llegan para especular, son parte de los datos económicos y sociales de un semestre que finalizó sin dar señales para el anunciado despegue de campaña. 

Por Fabiana Arencibia

Realizaremos un repaso de algunos de los datos macroeconómicos que muestran la profundización de la crisis - con continuidad de la recesión ya planteada desde los últimos años del gobierno kirchnerista - que mientras golpea a los sectores del trabajo y deja a un 32% de la población por debajo de la línea de pobreza, garantiza rentabilidad a los especuladores.

Pérdida de puestos de trabajo: 118 mil

De los datos brindados por las Estadísticas de Registros Laborales (1) para el 2do trimestre de 2016 elaborado por el Indec, que tiene como fuente las bases del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), se desprende que se perdieron 90.109 puestos de trabajo registrados en relación con el 1er trimestre de este año. Si tomamos como base el 4to trimestre de 2015, en donde asume el nuevo gobierno, los puestos laborales perdidos son 118.079 ya que en diciembre de 2015 existían 6.537.947 trabajadores privados registrados, mientras que el número bajó a 6.419.868 en setiembre de 2016. Geográficamente, las provincias más afectadas por la pérdida de puestos laborales registrados son Catamarca, La Rioja, Santa Cruz y San Luis. Las actividades en las que se observa la mayor pérdida de puestos laborales son la Construcción, con una variación interanual del 12,5% en contra. Le sigue la Minería y luego la Agricultura y Pesca.

Trabajadores no registrados: 4 millones

Este jueves el INDEC dio a conocer que en el segundo trimestre de este año el trabajo no registrado ascendió al 33,4 % de la población económicamente activa. Se trata de más de cuatro millones de personas. Esta cifra es similar al último dato oficial que se había difundido del segundo y tercer trimestre de 2015 (33,1%). El mayor índice corresponde a la región Noroeste, con 39%. Le siguen el Noreste, con 33,9%; Cuyo, 33,9%, Gran Buenos Aires, 33,4%; y la región Pampeana, 33,7%; todos por encima del nivel general. Estos promedios se agudizaron en provincias y zonas. En el Gran Buenos Aires, el conurbano trepó a 37,9%. En la región Noroeste, las provincias que arrojaron índices superiores a la media fueron Salta (44,8%), el Gran Tucumán (42,3%) y Santiago del Estero (38,1%). Y en el Noreste pasaron el promedio de trabajo no registrado, Gran Resistencia (36,8%) y Corrientes (34%). En la Región Pampeana, Concordia tuvo la informalidad más alta (41,3%) seguida de Río Cuarto (37,6%), Gran Córdoba (37,3%), Mar del Plata con (37,6%) y el Gran Rosario con 36,23. La Patagonia tuvo el registro más bajo con un 16% de trabajo en negro. Neuquén-Plottier 17%, Rawson-Trelew con 21,7%, Viedma y Carmen de Patagones con 20,3%, Comodoro Rivadavia-Rada Tily con un 18,1%. Las de menor trabajo no registrado fueron Ushuaia (7,8%) y Río Gallegos (12,4%).

Deterioro del salario: 10,8 por ciento

La remuneración en mano a los trabajadores creció un 34,6% respecto al 2do trimestre de 2015, mientras que la inflación interanual en igual período fue del 45,4%. Es decir, la inflación creció un 10,8% más que los aumentos de sueldo. Si tomamos la comparación entre el 1er trimestre y el 2do trimestre de 2016, el aumento de la remuneración es de 21,2% mientras que la inflación en igual período creció un 25,4%, lo que significa que aún a lo largo de 2016 los salarios han aumentado siempre por debajo de la inflación. En términos monetarios, la remuneración neta promedio es de 18.107 pesos. Este monto no alcanza a cubrir el valor de una Canasta Total (para un matrimonio con 2 hijos en edad escolar), la cual se encontraba en 20.132 pesos a finales de agosto, según la Junta Interna de ATE Indec (2). Con el salario mínimo vital y móvil (7.560 pesos) solo se cubren las necesidades básicas de alimentos y servicios por 11 días y medio del mes. Existen casi dos millones de “Monotributistas sociales”, cifra que muestra a quienes no son trabajadores formales. Esta cifra se acrecienta si tomamos en cuenta que los planes sociales previstos en el Presupuesto 2017 son unos 8.500.000. En ambos casos, gran parte de ellos perciben ingresos por valores que no llegan al SMVM (salario mínimo vital y móvil).

A dónde van los verdes: más deuda

Uno de los pilares en el discurso de campaña del gobierno fue que pagando la deuda en default con los holdouts lloverían los dólares necesarios para reactivar la economía. Lo cierto es que los holdouts “cobraron” y la crisis se profundiza. Usamos las comillas porque en realidad se contrajo más deuda para pagarles. Según datos oficiales al 30 de junio, la deuda pública de la administración central asciende a 260.000 millones de dólares, registrando una suba en seis meses (desde diciembre 2015) de 10.000 millones de dólares. Recordamos que durante la gestión anterior el crecimiento fue en promedio de 10.000 millones de dólares por año (de 150.000 en 2013 a 250.000 millones de dólares en 2015). (3) Nada de esto va a cambiar ya que el Presupuesto 2017 prevé más endeudamiento (y más pago de intereses: de 10.000 millones de dólares previstos para 2016, los servicios de deuda pasarían a 13.800 millones de dólares en 2017). (4) El economista Claudio Lozano afirmó: "No llueve la inversión extranjera. Lo que sí llueve es deuda. Estamos sosteniendo todo este año y la perspectiva futura en la idea de una Argentina que vuelve a endeudarse y eso todos sabemos que es pan para hoy y hambre para mañana". “El imaginario del gobierno y la prensa afín es que las inversiones externas resolverán el problema de la baja actividad económica, del empleo y de la pobreza, obviando la existencia de una gran crisis capitalista mundial que frena el comercio internacional y el volumen de las inversiones externas en todo el planeta”, opinó por su parte el economista Julio Gambina (5). Algunos datos corroboran que los dólares con que se va nutriendo el gobierno son para cubrir faltantes presupuestarios y otros que ingresan son con fines especulativos. El Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano calculó que el Gobierno nacional necesitará el año próximo 56.000 millones de dólares para financiar tanto el déficit fiscal proyectado como los vencimientos de deuda. A principios de octubre, con el objetivo de conseguir financiamiento para cubrir en parte ese déficit, el Gobierno colocó dos bonos por un total de 2.500 millones de euros, regresando al mercado financiero europeo después de 15 años. Los vencimientos serán en 2022 y 2027. "Esta transacción ha ampliado, una vez más, el universo de inversores que confirma su gran interés por Argentina, diversificando así las fuentes de financiamiento para el gobierno y para otros emisores del país", indicó el Ministerio de Hacienda en un comunicado. Esta es la tercera colocación en el exterior del año, totalizando hasta ahora alrededor de 20.000 millones de la venta de bonos en dólares, luego de la salida del default. En abril se colocaron 16.500 millones de dólares en inversores internacionales. Según informaciones hechas públicas, con esta última emisión, sumados los 50.000 millones de pesos para el Bono a 5 años (octubre 2021) y 11.572 millones para el Bono a 2 años (octubre de 2018) se completarían los recursos necesarios para el pago de la deuda preexistente durante el último trimestre del año (.300 millones de dólares que incluye vencimientos de capital e intereses de organismos multilaterales y bilaterales y bonos en poder del sector privado y el Banco Central).

Ante este panorama, mientras el gobierno y sus aliados políticos plantean que la única manera de relanzar la economía es a través del endeudamiento y las inversiones externas, otros pensamos en la necesidad de imaginar y debatir nuevas formas de relaciones económicas y sociales. Mientras tanto, si se sigue en esta línea, primará con certeza la agudización del conflicto social.

Notas:
(1) Indec, Estadísticas de Registros Laborales, segundo trimestre de 2016, oct/2016.
(2) Junta Interna ATE-Indec. sept/2016. ¿Cuánto debiera ser nuestro salario como mínimo?,



Fuego: la principal amenaza de los bosques andino patagónicos

NATURALES, ACCIDENTALES E INTENCIONALES 


Los bosques andino patagónicos constituyen una de las últimas reservas mundiales de bosques templados con poca alteración antrópica y valiosa biodiversidad, y son uno de los biomas argentinos mejores conservados. Sin embargo, se encuentran cada vez más amenazados por los incendios forestales (naturales, accidentales e intencionales). Existe mucha preocupación por lo que pueda suceder en la próxima temporada estival, dado que se esperan altas temperaturas y el otoño e invierno pasado las precipitaciones fueron muy bajas.

Por Hernán Giardini (desde Río Negro) 



Su superficie actual es de aproximadamente 1.800.000 hectáreas. La ecorregión se inicia en el norte de la provincia de Neuquén, prolongándose 2.088 kilómetros hasta la provincia de Tierra del Fuego. Tiene un ancho máximo de 226 kilómetros de este a oeste, que en algunas ocasiones puede interrumpirse por la estepa patagónica.

En su mayor parte los bosques andino patagónicos están formados por un número limitado de especies que, aún cuando cambian a lo largo de sus diferentes sectores, cumplen un rol ecológico similar para los animales. De allí que, si bien la flora presenta variaciones, la fauna es bastante parecida en toda la extensión de la región.

Se distinguen cuatro distritos, cada uno de ellos con características peculiares y especies propias que los diferencian, aunque las transiciones son muy paulatinas:

• El distrito del Pehuén se caracteriza por los bosques de pehuén, que se forman puros y extensos entre los 900 y 1.800 metros de altitud, y por bosques ralos mezclados con especies como la lenga, el coihue, el ñire, el roble pellín, el raulí, la caña coligüe y el ciprés.

• El distrito del Bosque Caducifolio está conformado principalmente por tres especies arbóreas: el ñire, generalmente en lugares bajos y húmedos; la lenga, que es la más tolerante al frío y crece hasta los 1.800 metros de altura; y el ciprés, que sólo se encuentra en el norte. También existen bosques de raulí y roble pellín, y bosques de coníferas.

• El distrito Valdiviano es el más húmedo, superando los 4.000 mm de precipitación anual. Sus especies características son el cohiue y el alerce; y existen numerosas enredaderas que le dan un aspecto selvático. La lenga y el arrayán aparecen en ciertos puntos del distrito.

• El distrito Magallanes es más frío, seco y florísticamente más pobre que el Valdiviano, con predominio de bosques siempre verdes. Sus árboles característicos son el guindo, el canelo y el maitén.

La fauna presenta una destacada homogeneidad, debido a que las variaciones de una zona a otra no revisten por lo general gran importancia. Entre los mamíferos sobresalen el huemul, el pudú, el huillín, el hurón menor, el zorrino patagónico y el monito del bosque. Los predadores mayores son el puma, el zorro colorado, el zorro gris patagónico y el gato huiña; y los roedores son abundantes y numerosos. Entre la vasta cantidad de aves se distinguen el cóndor, el águila mora, el cisne de cuello negro, el pájaro carpintero gigante, y el picaflor rubí.

Los incendios forestales son la principal fuente de degradación y deforestación de los bosques andino patagónicos.

En 2007 la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación advirtió que “las estadísticas de esta última década muestran una fuerte componente de la actitud humana, ya que es principalmente alrededor de los centros urbanos en que se observan la mayor cantidad de eventos de incendios. Las causas varían desde el juego de niños, accidentes, negligencias, hasta una marcada intencionalidad en la que se mezclan las necesidades de leña de los sectores de menos recursos económicos, las diferencias políticas, los problemas de relación entre pandillas y policías, y los conflictos generados por la tenencia de la tierra. (…) El avance de la ciudad por sobre el bosque ha incrementado el problema ya que se ha sumado el tema de los incendios de interfase”.

Por su parte, en septiembre de 2015 un informe oficial señaló que el área afectada en las últimas trece temporadas de incendios en la provincia de Chubut “se aproxima a las 87.000 hectáreas (de las cuales 65.000 corresponden al último decenio). Esta cifra representa un 9,6% de los bosques de la provincia”. Previo a la temporada 2014–2015, donde el fuego arrasó más de 40.000 hectáreas, “la superficie media anual afectada (período 2002–2014) era aproximadamente de 3.915 hectáreas”.

En cuanto a los grandes incendios forestales sufridos durante las temporadas 2013–2014 y 2014–2015 en Chubut, un estudio de Thomas Kitzberger, del Instituto de Investigaciones sobre Biodiversidad y Medio Ambiente (INIBIOMA), estimó que “el área quemada por incendios iniciados por rayos representó un 72,8% del área total quemada. Claramente los incendios por rayos tienden a producirse con mayor probabilidad en áreas remotas y de difícil acceso que los incendios generados por causas humanas, que se concentran, justamente cerca de sitios poblados, rutas y áreas de mayor acceso. Eso posiblemente determine que los incendios por rayo, al ser más dificultoso su combate inicial, tengan mayores probabilidades de convertirse en eventos extensos”.

Un informe de abril de 2015 del Nodo Regional Bosque Andino Patagónico del Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), advirtió que en el verano 2014–2015 “observamos grandes parches de bosque que presentaban síntomas de secamiento” y que “en el Noroeste de la provincia de Chubut hay que sumar como situación propicia para la ocurrencia de incendios la floración de caña colihue ocurrida en 2013”; lo que sumado a “eventos fuertes del fenómeno climático como El Niño Oscilación Sur, que afectan al régimen de precipitaciones y temperaturas en la región, pueden generar situaciones extremadamente favorables para la ocurrencia de grandes incendios”.

Autoridades provinciales y nacionales afirmaron en los medios de comunicación que muchos de los incendios forestales de los últimos años fueron intencionales para  desarrollo inmobiliario y ganadero.

A pesar de esto, no hay informes oficiales o investigaciones que lo confirmen y, aún si se llegara a descubrir a los culpables, la legislación actual no penaliza la quema intencional de bosques nativos.

Resulta evidente que para este verano no será suficiente rezar que no se produzcan incendios forestales (como insólitamente afirmó el Ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman). El gobierno debe ampliar significativamente los fondos destinados a la prevención y lucha contra el fuego; y el Congreso de la Nación debe avanzar en el tratamiento del proyecto de ley Régimen Penal de Protección al Bosque Nativo, que castiga con prisión de 2 a 10 años y multa a quien “sin autorización, excediendo las que tuviere, violando las disposiciones legales o reglamentarias, o las órdenes legítimas de la autoridad, intencionalmente ocasionare el desmonte, incendio, cambio de uso de suelo o la destrucción de bosques nativos”.


Destruir bosques es un crimen.

Calma pueblo

LA MESA DE DIÁLOGO EN VENEZUELA ABRE UNA POSIBILIDAD FRENTE A LA EMBESTIDA DE LA OPOSICIÓN  

Tregua. Gobierno y oposición sentados para negociar el futuro venezolano. Voces dialoguistas y rupturistas que persiguen intereses antagónicos. Cómo reacciona la ciudadanía. Un nuevo escenario se abre para no seguir echando más petróleo al fuego.  

Por Marcelo J. Levy  

Mientras el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, aseguró que “no habrá referéndum revocatorio, ni elecciones generales adelantadas”, Henrique Capriles principal impulsor del Referéndum Revocatorio, exigió al oficialismo que, o presentan un cronograma electoral que incluya la fecha para las elecciones generales propuestas por el Gobierno o la reactivación de la junta de las firmas del 20% para el Referéndum.

De igual forma, y por la decisiva visita del Papa Francisco a Venezuela, el diálogo entre gobierno y oposición posterga tanto el RR el juicio político al presidente Nicolás Maduro y abre posibilidades para encaminar políticamente la situación del país, garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas a la población, y consensuar una agenda electoral.

El dialogo está apareciendo como una salida posible. Pero, como no podía ser de otra forma, los medios de comunicación concentrados en connivencia con los sectores opositores, tejen la desestabilización institucional del país. Si fracasara esta instancia dialoguista, la confrontación puede transformarse en formas más complejas, violentas y peligrosas, apoyadas ahora más que nunca con el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos. El éxito de este proceso de diálogo dependerá de la voluntad de encontrar puntos comunes y también del uso del lenguaje, abandonando la persistente guerra de micrófonos, acicateada desde el exterior.

Bajo la excusa de un gobierno dictatorial, la oposición intenta derrocar al gobierno, omitiendo que Maduro fue elegido bajo los mismos mecanismos que le permiten a la oposición elegir gobernantes de municipios y estados y obtener una representación mayoritaria en la unicameral Asamblea Nacional.

Los detractores del dialogo plantean que esta estrategia del gobierno  tiene como objeto dividir a la oposición entre dialoguistas y radicales destruyendo la alianza de la Mesa de Unidad Democrática con Jesús Torrealba y  Henry Ramos Allup, y por otro lado Leopoldo López desde la prisión, y Henrique Capriles en comunicación con la mayoría ciudadana.

Aquellos que defienden la mesa de discusión pretenden primero estabilizar Venezuela, estrategia a la que se suman dos de los mediadores de Unasur: el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y el expresidente de Panamá, Martín Torrijos, quienes intentan un acuerdo para lograr que las instituciones recuperen su credibilidad e independencia.

Mientras, desde el oficialismo, se señala que “no se puede pretender darle un ultimátum a las conversaciones, a los diálogos y a la paz” y no se aceptan “amenazas” ni “condicionamientos”.

No existirá dialogo sin el reconocimiento de la otra parte y sobre la base de la confianza en la neutralidad de la tarea y propuestas de los acompañantes. Tampoco funcionará con desacreditaciones constantes y amenazas de ruptura. Y fundamentalmente, la mesa de dialogo tiene razón de ser desde el respeto a la soberanía, a las instituciones y al voto popular.

Se acordó el debate sobre la siguiente agenda: 1) Paz, Respeto al Estado de Derecho y a la Soberanía Nacional, coordinada por José Luis Rodríguez Zapatero; 2) Verdad, Justicia, Derechos Humanos, Reparación de Víctimas y Reconciliación, coordinada por el representante del Vaticano; 3) Económico-Social, coordinada por el ex presidente dominicano Leonel Fernández, y 4). Generación de Confianza y Cronograma Electoral, coordinada por el ex mandatario panameño Martín Torrijos.

No se puede negar que  hay disidencias políticas al interior del bolivarianismo y sectores que combaten al gobierno con más fuerza que la propia oposición: exministros de Chávez, grupos de izquierda, generales y altos oficiales en retiro (chavistas) que  apoyaron al referéndum revocatorio de Maduro. No todo el chavismo apoya a Maduro, pero, obviamente, menos aún a la MUD.

En 18 años de gobiernos bolivarianos se llevaron a cabo 18 elecciones, pese a lo que el chavismo ha estado bajo permanente sospecha antidemocrática por parte del poder mediático hegemónico. Además, en reacción a las continuas derrotas electorales, la oposición ha reaccionado organizando acciones desestabilizadoras como el golpe cívico-militar en el 2002, el paro petrolero en 2002-2003 y las más recientes medidas de desestabilización con “guarimbas” callejeras desde 2014.

Con la prioridad económica establecida (garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas) el referéndum revocatorio o el juicio político a Maduro ya lucen un asunto del pasado y hoy la oposición duda sobre lograr un acuerdo político que permita, a través de una enmienda constitucional, adelantar las elecciones generales para finales de 2017. O sea, un año más de gobierno para Maduro.

La oposición tiene experiencias que ponen en duda su poderío real (y no el virtual, que es inmensamente mayor, sobre todo en el exterior) y recuerda que en 2003, tras el golpe de Estado frustrado al presidente Hugo Chávez se instaló una mesa de diálogo, que allanó el camino para un referéndum revocatorio de su mandato. En ese año, Chávez redobló sus exitosos programas sociales y elección tras elección gobernó con altísima popularidad hasta el día de su muerte.

Se define el futuro de Venezuela en medio de un triunfo de los más reaccionarios de la historia del continente: el de Trump. Por esto y por el acceso al gobierno de sectores de derecha, es que el panorama venezolano es sombrío y con una gran incertidumbre. Lo mismo que el de Latinoamérica toda.

Trump: el otro fin de ciclo

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA VICTORIA REPUBLICANA EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE EE.UU. 

En el último año hablar del “fin del ciclo progresista” se había convertido en una moda en América Latina. Uno de los supuestos de tan temeraria como infundada tesis, cuyos contenidos hemos discutido en otra parte, era la continuidad de las políticas de libre cambio y de globalización comercial impulsadas por Washington desde los tiempos de Bill Clinton y que sus cultores pensaban serían continuadas por su esposa Hillary para otorgar sustento a las tentativas de recomposición neoliberal en curso en Argentina y Brasil. Pero enfrentados al tsunami Donald Trump se miran desconcertados y muy pocos, tanto aquí como en Estados Unidos, logran comprender lo sucedido. Cayeron en las trampas de las encuestas que fracasaron en Inglaterra con el Brexit, en Colombia con el No, en España con Podemos y ahora en Estados Unidos al pronosticar unánimemente el triunfo de la candidata del partido Demócrata. También fueron víctimas del microclima que suele acompañar a ciertos políticos, y confundieron las opiniones prevalecientes entre los asesores y consejeros de campaña con el sentimiento y la opinión pública del conjunto de la población estadounidense, esa sin educación universitaria, con altas tasas de desempleo, económicamente arruinada y frustrada por el lento pero inexorable desvanecimiento del sueño americano, convertido en una interminable pesadilla. Por eso hablan de la “sorpresa” de ayer a la madrugada, pero como observara con astucia Omar Torrijos, en política no hay sorpresas sino sorprendidos. Veamos algunas de las razones por las que Trump se impuso en las elecciones. [1] 

Por Atilio A. Boron 

Primero, porque Hillary Clinton hizo su campaña proclamando el orgullo que henchía su espíritu por haber colaborado con la Administración Barack Obama, sin detenerse un minuto a pensar que la gestión de su mentor fue un verdadero fiasco. Sus promesas del “Sí, nosotros podemos” fueron inclementemente sepultadas por las intrigas y presiones de lo que los más agudos observadores de la vida política estadounidense -esos que nunca llegan a los grandes medios de aquel país- denominan “el gobierno invisible” o el “estado profundo”. Las módicas tentativas reformistas de Obama en el plano doméstico naufragaron sistemáticamente, y no siempre por culpa de la mayoría republicana en el Congreso. Su intención de cerrar la cárcel de Guantánamo se diluyó sin dejar mayores rastros y Obama, galardonado con un inmerecido Premio Nobel, careció de las agallas necesarias para defender su proyecto y se entregó sin luchar ante los halcones. Otro tanto ocurrió con el “Obamacare”, la malograda reforma del absurdo, por lo carísimo e ineficiente, sistema de salud de Estados Unidos, fuente de encendidas críticas sobre todo entre los votantes de la tercera edad pero no sólo entre ellos. No mejor suerte corrió la reforma financiera, luego del estallido de la crisis del 2008 que sumió a la economía mundial en una onda recesiva que no da señales de menguar y que, pese a la hojarasca producida por la Casa Blanca y distintas comisiones del Congreso, mantuvo incólume la impunidad del capital financiero para hacer y deshacer a su antojo, con las consabidas consecuencias. Mientras, los ingresos de la mayoría de la población económicamente activa registraban -no en términos nominales sino reales- un estancamiento casi medio siglo, las ganancias del uno por ciento más rico de la sociedad norteamericana crecieron astronómicamente.[2] Tan es así que un autor como Zbigniew Brzezinski, tan poco afecto al empleo de las categorías del análisis marxista, venía hace un tiempo expresando su preocupación por que los fracasos de la política económica de Obama encendiese la hoguera de la lucha de clases en Estados Unidos. En realidad esta venía desplegándose con creciente fuerza desde comienzos de los noventas sin que él, y la gran mayoría de los “expertos”, se dieran cuenta de lo que estaba ocurriendo bajo sus narices. Sólo que la lucha de clases en el corazón del sistema imperialista no puede tener las mismas formas que ese enfrentamiento asume en la periferia. Es menos visible y ruidoso, pero no por ello inexistente. De ahí la tardía preocupación del aristócrata polaco-americano. En materia de reforma migratoria Obama tiene el dudoso honor de haber sido el presidente que más migrantes indocumentados deportó, incluyendo un exorbitante número de niños que querían reunirse con sus familias. En resumen, Clinton se ufanaba de ser la heredera del legado de Obama, y aquél había sido un desastre.

Pero, segundo, la herencia de Obama no pudo ser peor en materia de política internacional. Se pasó ocho años guerreando en los cinco continentes, y sin cosechar ninguna victoria. Al contrario, la posición relativa de Estados Unidos en el tablero geopolítico mundial se debilitó significativamente a lo largo de estos años. Por eso fue un acierto propagandístico de Trump cuando utilizó para su campaña el slogan de “¡Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez!” Obama y la Clinton propiciaron golpes de estado en América Latina (en Honduras, Ecuador, Paraguay) y envió al Brasil a Liliana Ayalde, la embajadora que había urdido la conspiración que derribó a Fernando Lugo para hacer lo mismo contra Dilma. Atacó a Venezuela con una estúpida orden presidencial declarando que el gobierno bolivariano constituía una “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos.” Reanudó las relaciones diplomáticas con Cuba pero hizo poco y nada para acabar con el bloqueo. Orquestó el golpe contra Gadaffi inventando unos “combatientes por la libertad” que resultaron ser mercenarios del imperio. Y Hillary merece la humillación de haber sido derrotada por Trump aunque nomás sea por su repugnante risotada cuando le susurraron al oído, mientras estaba en una audiencia, que Gadaffi había sido capturado y linchado. Toda su degradación moral quedó reflejada para la historia en esa carcajada. Luego de eso, Obama y su Secretaria de Estado repitieron la operación contra Basher al Assad y destruyeron Siria al paso que, como confesó la Clinton, “nos equivocamos al elegir a los amigos” –a quienes dieron cobertura diplomática y mediática, armas y grandes cantidades de dinero- y del huevo de la serpiente nació, finalmente, el tenebroso y criminal Estado Islámico. Obama declaró una guerra económica no sólo contra Venezuela sino también contra Rusia e Irán, aprovechándose del derrumbe del precio del petróleo originado en el robo de ese hidrocarburo por los jijadistas que ocupaban Siria e Irak. Envió a Victoria Nuland, Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Euroasiáticos , a ofrecer apoyo logístico y militar a las bandas neonazis que querían acabar con el gobierno legítimo de Ucrania, y lo consiguieron al precio de colocar al mundo, como lo recuerda Francisco, al borde de una Tercera Guerra Mundial. Y para contener a China desplazó gran parte de su flota de mar al Asia Pacífico, obligó al gobierno de Japón a cambiar su constitución para permitir que sus tropas salieran del territorio nipón (con la evidente intención de amenazar a China) e instaló dos bases militares en Australia para, desde el Sur, cerrar el círculo sobre China. En resumen, una cadena interminable de tropelías y fracasos internacionales que provocaron indecibles sufrimientos a millones de personas.

Dicho lo anterior, no podía sorprender a nadie que Trump derrotara a la candidata de la continuidad oficial. Con la llegada de este a la Casa Blanca la globalización neoliberal y el libre comercio pierden su promotor mundial. El magnate neoyorquino se manifestó en contra del TTP, habló de poner fin al NAFTA (el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá) y se declaró a favor de una política proteccionista que recupere para su país los empleos perdidos a manos de sus competidores asiáticos. Por otra parte, y en contraposición a la suicida beligerancia de Obama contra Rusia, propone hacer un acuerdo con este país para estabilizar la situación en Siria y el Medio Oriente porque es evidente que tanto Estados Unidos como la Unión Europea han sido incapaces de hacerlo. Hay, por lo tanto, un muy significativo cambio en el clima de opinión que campea en las alturas del imperio. Los gobiernos de Argentina y Brasil, que se ilusionaban pensando que el futuro de estos países pasaría por “insertarse en el mundo” vía libre comercio (TTP, Alianza del Pacífico, Acuerdo Unión Europea-Mercosur) más les vale vayan aggiornando su discurso y comenzar a leer a Alexander Hamilton, primer Secretario del Tesoro de Estados Unidos, y padre fundador del proteccionismo económico. Sí, se acabó un ciclo: el del neoliberalismo, cuya malignidad convirtió a la Unión Europea en una potencia de segundo orden e hizo que Estados Unidos se internara por el sendero de una lenta pero irreversible decadencia imperial. Paradojalmente, la elección de un xenófobo y misógino millonario norteamericano podría abrir, para América Latina, insospechadas oportunidades para romper la camisa de fuerza del neoliberalismo y ensayar otras políticas económicas una vez que las que hasta ahora prohijara Washington cayeron en desgracia. Como diría Eric Hobsbawm, se vienen “tiempos interesantes” porque, para salvar al imperio, Trump abandonará el credo económico-político que tanto daño hizo al mundo desde finales de los años setentas del siglo pasado. Habrá que saber aprovechar esta inédita oportunidad.

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[1] Ver Atilio A. Boron y Paula Klachko, “Sobre el “post-progresismo” en América Latina: aportes para un debate”, 24 Septiembre 2016, disponible  en varios diarios digitales

[2] Cf. Drew Desilver, “For most workers, real wages have barely budged for decades” donde demuestra que los salarios reales tenían en el año 2014 ¡el mismo poder de compra que en 1974! Ver http://www.pewresearch.org/fact-tank/2014/10/09/for-most-workers-real-wages-have-barely-budged-for-decades/


7 de octubre de 2016

Otra vez, de nuevo, de vuelta

EL DELITO Y LA POBREZA IRRUMPEN NUEVAMENTE EN LAS AGENDAS POLÍTICAS Y MEDIÁTICAS
En las últimas semanas, el delito y la pobreza han vuelto a ocupar lugares centrales en el debate público. El primero, como es habitual, porque se sucedieron en un corto lapso varios hechos delictivos. La segunda, porque, por primera vez en muchos años, se difundieron dramáticas estadísticas. Son dos problemáticas muy relacionadas porque son la expresión y la consecuencia de un sistema de explotación de los que menos tienen. El delito no es una cuestión de falta de control y castigos débiles, sino la consecuencia de profundas desigualdades. Mientras que la pobreza es inherente al sistema, porque el sistema necesita pobres para funcionar.
Por Marcelo R. Pereyra

LO QUE HAY QUE DECIR
La pobreza y el delito no son problemáticas novedosas ni tienen períodos de agudización. Por el contrario, son históricamente crónicas. Han estado desde siempre ahí, en la estructura de la sociedad. No son un exabrupto, no son un tumor extirpable, son un constituyente regular. Claro que hay sociedades y sociedades. Hay algunas de ellas que son más desarrolladas,  justas e igualitarias. En esas el delito tiene menor magnitud, al punto que han llegado a tener que cerrar cárceles  (Ver por ejemplo “Holanda alquila sus cárceles a otros países ante la escasez de reclusos”, en http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-03-15/holanda-alquila-sus-carceles-a-otros-paises-ante-la-escasez-de-reclusos_1169051/). América Latina es todo lo contrario, pero particularmente desde mediados de los años 70, cuando estalló en toda la región una crisis económica sin precedentes. El ocaso del modelo neo keynesiano, precipitado por la crisis del petróleo, y un crecimiento constante de la deuda externa en todo el subcontinente crearon las condiciones necesarias para la instalación del Nuevo Orden neoliberal. Así, desde que en 1980 los EE.UU. decidieron aumentar las tasas de interés y el valor del dólar, se encareció el crédito y la deuda externa adquirió dimensiones desmesuradas. Para la renegociación de la deuda los organismos financieros internacionales impusieron recetas monetaristas y planes de "ajuste". De esta manera los latinoamericanos terminaron pagando la deuda con más endeudamiento. Como consecuencia de estas políticas se agudizaron  situaciones que ya existían: desigualdad en la distribución del ingreso, desempleo, marginalidad, y, sobre todo, pobreza.
En la Argentina la pobreza adquirió, como no había sucedido en el pasado, una dimensión pública en tanto que fue -y es- objeto de acciones y reacciones, proyectos y discursos, políticas y ocultamientos. En la ciudad de Buenos Aires el aumento dramático de la pobreza comenzó a hacerse más evidente a principios de los 90, cuando cada vez más  pobres comenzaron a recorrer las zonas céntricas en procura de algún sustento. Desde entonces  los recolectores informales de residuos -"cartoneros"-, los "sin techo" que habitan precarias viviendas bajo un árbol frondoso en una plaza céntrica,  los jóvenes que limpian los vidrios de los autos en los semáforos,  los niños que mendigan, y los hambrientos que revuelven los restos de comida de los restaurantes son algo habitual. Frente a esta nueva dimensión de la pobreza  la política y la sociedad solo reaccionan cada vez que se hace público algún informe proveniente del gobierno o de alguna institución privada con alarmantes cifras de pobreza e indigencia, de desnutrición infantil o de mortalidad neonatal. Los medios se suman a la confusión general construyendo una información sobre esas estadísticas que carece de la necesaria contextualización: las cifras parecen salidas de la nada. En los años más recientes el kircherismo solucionó de un plumazo este problema: directamente dejó elaborar estadísticas sobre la pobreza (Ver “Oficial: el INDEC dejó de medir la pobreza”; Clarín, 6-10-2015). Y si las elaboraba no las hacía públicas.
Otras veces  la pobreza es construida en los medios desde formas narrativas y  retóricas sensacionalistas, a partir de dramas individuales en los que lo más importante es mostrar cuánto sufren los pobres, qué desamparados están y qué buenos que son los que aguantan todo esto sin salir a la calle a protestar. Algunos periodistas y economistas los describen  como sujetos anómalos que no han sabido, o querido, aprovechar las “oportunidades” que el modelo pone a su disposición. Es decir que explican la pobreza por la idiosincrasia de los pobres. Así, un problema social se reduce a uno individual.

EL DELITO ES DE NOSOTROS, LA POBREZA ES AJENA
Vastos sectores de  las clases medias y altas consumen vorazmente noticias sobre el delito y sobre las medidas que adoptan los gobiernos al respecto.  Y las comentan todo el tiempo, mitad alarmados, mitad indignados. Ya se ha convertido en un tema de conversación tan popular y cotidiano como el fútbol o los chimentos sobre la farándula. Esta última a veces se cruza con el delito cuando una celebrity es asaltada o cuando formula drásticas expresiones del tipo “el que mata tiene que matar”. Es decir que, pese a su gravedad, el tema, en algún punto, se ha banalizado.
En cambio para estos sectores la pobreza es un problema de otros. Esos otros cuya presencia en las calles mendigando, viviendo o revolviendo contenedores genera la incomodidad de la culpa. En efecto, en nuestra sociedad de “ganadores”, individualista e insolidaria, los pobres parecen producir más disgusto que conmiseración,  más rechazo que vergüenza y más alarma que pena. La alarma proviene de la asociación ilícita del delito con la pobreza,  un fenómeno que ha sido observado en otros países latinoamericanos. En la sensación de amenaza que los que tienen menos les generan a los que tienen más,  la acción de los medios es fundamental, porque en sus secciones policiales los pobres son los victimarios por excelencia. En efecto, el hábitat de la pobreza suele ser presentado como el del delito. Los barrios del sur de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense son los escenarios del crimen más jerarquizados en las noticias. Se publican estadísticas, mapas e infografías que señalan cuáles son  las zonas donde se denuncian y/o cometen más delitos (y que por lo tanto resultarían las más peligrosas). En el caso particular de la zona norte del Gran Buenos Aires, los informes publicados  subrayan el riesgo que representa el hecho de que los countries y barrios cerrados tengan en sus cercanías barrios pobres, dándose a entender así que hay riesgo de delito porque hay pobres, y sobre todo porque los pobres viven cerca de los ricos.
Y AHORA, ¿QUÉ HACEMOS?
Argentina, como todos los otros países del sistema capitalista, ha sido y es gobernada por distintas facciones de la clases dominantes. Nunca el país ha sido gobernado realmente por el pueblo. En todo caso fue conducido  por quienes dijeron representarlo, aunque en los hechos gobernaron para conservar y/o profundizar unas relaciones sociales de producción injustas y desiguales. Y esto corre para los dos líderes más populares que ha tenido el país, Irigoyen y Perón, y para sus émulos, como Alfonsín y los Kirchner, por ejemplo.
Los gobiernos burgueses no pueden hacer mucho por el delito y la pobreza, porque, en definitiva, ellos mismos son responsables directos de ambas problemáticas si no hacen nada por superar las desigualdades sociales que están en la base de las dos. Por eso, cuando delito y pobreza irrumpen en la escena pública, solo atinan a emparchar. Es lo máximo que pueden hacer. Entonces, para combatir el delito solo piensan en aumentar los policías y las cámaras de vigilancia, o en elevar las penas, o en trasladar gendarmes de aquí para allá. Innumerables “planes” para “combatir la inseguridad” han sido presentados en los últimos años. Todos fracasaron. Arslanian, Rico, Béliz, Stornelli: no importa el apellido, todos los responsables de la seguridad, también fracasaron, y los que vengan también fracasarán. Sólo tratan de salir del paso, hacer como que hacen algo,  y aguantar hasta donde puedan.
Con la pobreza pasa lo mismo. Cuando las cifras ya son escandalosas se acude al asistencialismo: pueden ser las cajas PAN de Alfonsín o los planes sociales de Duhalde. El asistencialismo además tiene la ventaja de contribuir a los triunfos electorales, como bien lo ha comprobado el kirchnerismo. Luego puede haber algunas ayudas circunstanciales –como el ridículo bono que se está discutiendo ahora-, o subsidios para  los servicios públicos y el transporte. Pero a la larga todo ello se agota y hay que “sincerar” la economía. Y no hay mucho más que eso.
Delito y pobreza no son lo mismo. No todos los que delinquen son pobres, y tampoco todos los pobres delinquen. Pero sí existe una relación directa entre los delitos contra la propiedad –robos y hurtos- y el grado de desigualdad social y económica que existe en una sociedad. Por eso delito y pobreza ponen en cuestión al modelo de dominación vigente. Son la consecuencia y la cara más visible del neoliberalismo. Una cara que se intenta ocultar porque desnuda su esencia; son una imagen otra, no querida, del ideal social.