6 de junio de 2015

Agua, como te deseo



OTRO CAPÍTULO EN EL CONFLICTO CHILE – BOLIVIA POR LA SALIDA AL MAR 

Pasan las décadas, pasan los gobiernos de todo color político, y el conflicto marítimo entre el Estado Plurinacional de Bolivia y la República de Chile sigue siendo una deuda a saldar. Con la elevación del conflicto a los tribunales de La Haya, Bolivia pretende darle un punto final a un tema que Chile no quiere acordar. 

Por Marcelo J. Levy 

Para desentrañar una disputa que lleva más de 130 años, debemos necesariamente hacer un poco de historia. El tratado de límites de 1866 entre Bolivia y Chile fijó al paralelo 24, latitud sur, como demarcación entre ambos países, dejando una zona de medianería entre los paralelos 24 y 25. De esta manera, todo el dinero recaudado por las exportaciones de la zona compartida sería repartido entre las dos naciones. El gobierno boliviano intentó en Chile renegociar el tratado de 1866 pues consideraban que esa zona compartida en realidad pertenecía a suelo boliviano. Las negociaciones tuvieron un fracaso rotundo. Ya en 1874, se firma un nuevo acuerdo que establece un límite definitivo entre Chile y Bolivia, que correspondía sí al paralelo 24. La posibilidad de inclusión de una ley de impuestos, contraria al tratado  despertó recelos en las autoridades chilenas de la época. La realidad de la génesis del conflicto entre fuerzas hermanas no son propias. Historiadores bolivianos y chilenos, coinciden en señalar como la razón principal de la guerra, sino la única, la intromisión y los intereses de empresas transnacionales interesadas en la explotación de recursos como el guano, salitre y cobre, abundantes en la región en disputa y de gran valor durante el conflicto bélico. Durante el mes de marzo de 1879 se rompen las relaciones diplomáticas y el comercio entre Bolivia y Chile. El primer encuentro armado se da a pocos días, con la denominada batalla de Calama que enfrentó a miembros de las fuerzas armadas chilenas contra un grupo de civiles bolivianos. Luego de cuatro años de conflicto bélico que incluyó al Perú como aliado de las fuerzas bolivianas, en 1883 Bolivia y Chile firman el Tratado de Ancón, que cede a Chile el departamento de Tarapacá y deja bajo administración de 10 años las regiones peruanas de Arica y Tacna. En la actualidad Arica se consolida como territorio chileno mientras que Tacna vuelve a formar parte del Estado peruano.El fin de la guerra, no obstante, se da con la firma del tratado de paz de 1904, que señala que la soberanía sobre el territorio en disputa le pertenece a partir de entonces a Chile.

Desde su propia fundación, Bolivia estuvo imposibilitada de determinar claramente sus fronteras geográficas con los países linderos. Esta dificultad ha llevado, en más de una oportunidad, a conflictos bélicos por territorio, lo que ha significado  para Bolivia una pérdida de territorio importante en extensión y recursos naturales. Las relaciones bolivianas con Chile por el tema marítimo trabaron el intercambio de toda índole. Chile, durante el periodo de post-guerra, quedó en condición de país agresor por haber extendido los intereses de empresas transnacionales, explotadoras de salitre, guano y cobre, a un conflicto armado que cobró las vidas de miembros de tres países.Desde finales del siglo XIX, el tema marítimo es una de las prioridades en la agenda de negociaciones de Bolivia, ya sea tratado como tema bilateral con Chile o con características multilaterales cuando incluye a Perú. Durante distintos períodos históricos, ambas naciones intentaron un acercamiento por afinidades políticas de sus gobernantes. Durante el periodo de 1952 a 1956, los mandatarios Ibañez del Campo y Paz Estensoro, de Chile y Bolivia respectivamente, habían tratado el tema sobre libre tránsito e integración entre ambos países. Luego de negociaciones, el documento final terminó replicando el espíritu de 1904. Las posibilidades de acceso portuario, aunque sin soberanía, eran un paso crucial en la línea que Paz Estensoro consideraba como imperativo para el desarrollo económico boliviano. Los intercambios verbales entre Paz Estensoro e Ibañez del Campo consolidaron una amistad entre ambos mandatarios, pero sin mayores acercamientos en el tema marítimo. Años más tarde, el 16 de abril de 1962, durante el segundo periodo presidencial de Víctor Paz, se dio el rompimiento de relaciones diplomáticas con Chile, durante el mandato del chileno Jorge Alessandri. 

Llegan las dictaduras golpistas. Hugo Banzer y Augusto Pinochet, presentaron afinidades políticas e ideológicas durante sus gobernaciones. En el tema marítimo, el acercamiento entre ambos representantes llevó a la consolidación del “Acuerdo de Charaña”, firmado en 1975, el cual señalaba el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Chile. Incluía una oferta de acceso para Bolivia al océano por la ruta del norte de Arica, territorio que había sido peruano antes de la guerra del Pacífico. La oposición de Perú ante el ofrecimiento entorpeció el proceso de negociación entre Bolivia y Chile, luego que este último se opuso a la negociación trinacional, que incluía a la republica peruana como parte. El acercamiento entre Chile y Bolivia duró poco debido a que tres años después el presidente de facto, Hugo Banzer rompió nuevamente relaciones diplomáticas con Chile el 17 de marzo de 1978.

Un cambio radical se acercaba a Bolivia. A días de su elección como presidente, Evo Morales pidió la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para solucionar el tema de la mediterraneidad boliviana, una de las causas que justifica el encarecimiento de las exportaciones y su limitado desarrollo. Involucrar a organismos internacionales para la resolución del problema marítimo logra impulsar la disposición al diálogo de la ex presidente chilena Michelle Bachelet, de esta manera inicia la etapa de mayor interrelación entre ambos países.La apertura a las negociaciones entre Bolivia y Chile da inicio a una política de “diálogo sin restricciones” que desarrolla la agenda de los 13 puntos.Michelle Bachelet,  retomó el tema de las negociaciones con Bolivia durante su gestión. La agenda de negociaciones preparada para ambos países incluyó de manera oficial, por primera vez, el tema marítimo, junto con el de recursos hídricos, otro tema sensible en las relaciones bilaterales de estos dos países. Igualmente, pasados tantos años y con el gobierno de Piñera en el medio, no hubo acercamientos significativos.

¿Cuál es la situación actual? Las delegaciones de Bolivia y de Chile han iniciado los alegatos convocados por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para considerar la objeción chilena acerca de su jurisdicción para tratar el histórico reclamo boliviano. Bolivia fue escenario este lunes de la ceremonia de izado de la bandera, después de lo cual la Presidencia y todas las instituciones estatales de Bolivia amanecieron con banderas azules "de la reivindicación marítima", que serán izadas para acompañar a la misión que está en La Haya. Bolivia acudió a la Corte Internacional de Justicia de La Haya el 24 de abril de 2013 con una demanda en contra de Chile, instando a que se negocie "de buena fe" la salida soberana de Bolivia al mar. Chile, por su parte, pidió que esta no fuera admitida, con el argumento de que afectaría al tratado de límites que ambos países firmaron en 1904, siendo que la jurisdicción de este tribunal se remonta a 1948.En su demanda, Bolivia pretende que la Corte de La Haya reconozca que, fruto de algunas propuestas y negociaciones efectuadas entre los representantes de ambos países para solucionar el problema, su país ha adquirido derechos que le permitirían negociar una salida propia y soberana al océano. Además los acuerdos firmados con Chile para facilitar las transacciones comerciales y aduaneras no han sido cumplidos tal como estaba estipulado en los tratados bilaterales. Chile argumenta que la jurisdicción de la corte es limitada en este caso en particular y no está habilitada para resolver. Se sustenta en el artículo VI del Pacto de Bogotá, que  plantea que no se podrán usar los mecanismos de solución de conflictos que plantea el Pacto cuando se refiera a controversias ya zanjadas previo a la constitución del tribunal, en abril de 1948. Los magistrados de la Corte Internacional de Justicia de La Haya deben definir si el tribunal tiene potestad para resolver la controversia entre Chile y Bolivia. En la historia del tribunal han sido aceptadas 32 excepciones preliminares, es decir, hubo 32 casos en que la corte dijo no ser competente y dio por terminada la controversia. A partir de esto puede ocurrir que la Corte se declare incompetente, lo que daría por terminado el litigio; que se declare competente, lo que daría a Bolivia la opción de continuar con el proceso; o que sostenga que la objeción planteada por Chile no tiene un carácter preliminar, o sea, que está ligada al tema central de la demanda, con lo que decidiría al final del proceso jurídico su competencia. En todo caso, la decisión no se tomará antes de octubre o noviembre de este año.  

Se han planteado durante todos estos largos años posibilidades de solución como un corredor que desemboque en un puerto destinado para el uso boliviano; la construcción de una isla portuaria boliviana en aguas internacionales, que no afecte la soberanía chilena; el intercambio de recursos naturales como agua o gas por derechos y usos portuarios e incluso intercambios territoriales que compensen el fin de la mediterraneidad boliviana. Todas posibles de implementarse con voluntad política y diplomática. La pregunta que nos cabe es ¿por qué dirimir conflictos nuestros en cortes ajenas? ¿Por qué luego de más de una década de gobiernos progresistas no se puede pensar en clave de integración regional? ¿No son la CELAC, UNASUR, MERCOSUR espacios propios para abordar estas controversias históricas? Tenemos una deuda en ese sentido. La presentación de los alegatos en la CIJ es un paso más. Difícilmente prospere. Tendremos que de una vez, intentar resolver nuestros conflictos con nuestros propios medios. 

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