DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE
Antes de morir Perón nos dejó como testamento su manifiesto verde, y su “revolución mental” anticolonialista: “Debemos
transformar a las ciudades cárceles del presente en las ciudades jardines del
futuro”, escribió. El enrejamiento de parques
y plazas en Buenos Aires es crecientemente alarmante, y ante la amenaza del
próximo enrejamiento del histórico Parque Lezama, lugar que simboliza la
primera resistencia y victoria de nuestros heroicos pueblos originarios:
Kerandíes, Chana-Timbúes, Charrúas, y Guaraníes, contra la invasión
imperialista y genocida foránea, en 1536, tendremos un festival artístico y
poético de la FLIA
(Feria del Libro Independiente Autogestiva), el 14 y 15 de diciembre próximo.
Todo esto y mucho más en esta tercera y última parte de esta nota ecoperonista
que mira al futuro re-evolucionaria-mente.
Por
Xuan Pablo González
No al enrejamiento de parques,
y la militarización de nuestras ciudades-cárceles, con el “chamuyo” de la
inseguridad
Decía
lúcidamente el General: “Debemos
transformar a las ciudades cárceles del presente en las ciudades jardines del
futuro”. El radicalismo De la
Rúa en el pasado, y el PRO de Macri en el presente, parecen
haber estado haciendo lo contrario. Con la
excusa de la inseguridad, nuestras ciudades son cada vez menos jardines,
tienen cada vez más barrotes de hierro y más muros de cemento y más alambres de
púa, y menos árboles y espacios verdes, y menos futuro, y son cada vez más
ciudades-cárceles militarizadas, rellenas de policías y vigi-cámaras como si
fuéramos todos delincuentes (y hasta los nuevos patrulleros con su
súperparagolpes nos recuerdan a las pelis de Hollywood futuristas-apocalípticas,
tipo Mad Max). Ciudades-cementerios
sin futuro. Si hasta Hebe de Bonaffini y las Madres de Plaza de Mayo que apoyan
al actual gobierno, reconocen abiertamente que lo de la inseguridad tiene mucho
y demasiado de chamuyo, ya que “más
policías no es más seguridad” (Bonafini). “+ POLICÍA = + DELINCUENCIA” dice también una pintada de Lomas de
Zamora, barrio kirchnerista.
El
enrejamiento de parques y plazas en Buenos Aires es crecientemente alarmante, y
ante la amenaza del próximo enrejamiento del histórico Parque Lezama, lugar que
simboliza la primera resistencia y victoria de nuestros heroicos pueblos
originarios: Kerandíes, Chana-Timbúes, Charrúas, y Guaraníes, contra la
invasión imperialista y genocida foránea, en 1536, tendremos un festival artístico
y poético de la FLIA
(Feria del Libro Independiente Autogestiva), el 14 y 15 de diciembre
próximo.
Y
volviendo al tema de la inseguridad: decía el filósofo francés Michel Foucault,
en una entrevista de 1975, que “la clase
en el poder obtiene un gigantesco beneficio económico y político” con el
chamuyo de “la inseguridad”, ya que
cuanto más pobreza y desigualdad social producida por el capitalismo, hay más
delincuentes, y “cuanto más delincuentes
haya, mejor acepta la población los controles policiales” (Foucault). “Todo
el mundo sabe que las leyes están hechas por unos e impuestas a otros”,
decía también el filósofo francés, y que “sólo
una ficción puede hacer creer que las leyes están hechas para ser respetadas”,
ya que “la ilegalidad no es un accidente,
una imperfección más o menos inevitable, sino un elemento absolutamente
positivo del funcionamiento social, previsto en la estrategia general de la
sociedad” (Foucault). Dentro de esa estrategia capitalista “la prisión es un instrumento de
reclutamiento para el ejército de delincuentes” (Foucault). En el tablero de ajedrez social del
Nuevo Orden Mundial, los pequeños delincuentes son “los pequeños peones que se colocan y mantienen en las casillas
peligrosas”, mientras “Las grandes ganancias
tienen vía libre” (Foucault), así como los reyes-ladrones-narcos-asesinos
de la delincuencia multimillonaria mundial.
“La ciudad como cárcel”, sigue vigente en esta era tecno-electrónica,
decía Eduardo Galeano en 1991, donde “quien
no está preso de la necesidad, está preso del miedo”. “Preso en mi ciudad” cantaban
los Redondos.
Pero
la militarización de nuestras ciudades-cárceles se da no sólo acá en Argentina,
Chile, Paraguay y Brasil, sino en todo el
mundo. Desde Europa, Kempf nos dice “frente al incremento de las protestas populares, la
oligarquía tiende a ir hacia una dirección cada vez más autoritaria, represiva,
militar. Esto es así en Francia, en Italia, en Inglaterra, en Estados Unidos,
en Canadá. En cada uno de esos países hemos visto el desarrollo impresionante
de las tecnologías policiales (cámaras de vigilancia, ficheros, etc.).
Enfrentamos un peligro doble: no sólo que la democracia se dirija hacia la
oligarquía sino, también, que la oligarquía, el capitalismo, entren en una fase
autoritaria insistiendo en temas como la xenofobia, la inseguridad o la
rivalidad entre las naciones. La oligarquía no quiere adoptar medidas para
paliar la crisis ecológica o disminuir las desigualdades. No. Lo que la
oligarquía quiere es conservar sus privilegios fundamentales. Es una oligarquía
destructora. Creo que no entiende la gravedad de la situación. En vez de
evolucionar, la oligarquía es cada vez más reaccionaria”
(Kempf).
Por
otro lado también el General se oponía a la toxicidad de los remedios, y en
casos como las pastillas anticonceptivas que recetan desde hace años el
esterilizante y castrador Nuevo Orden Mundial, desde las fundaciones
supercapitalistas como Rockefeller, bajo el manto de defender el feminismo: “Lo que no debe aceptarse es que la política
demográfica esté basada en la acción de píldoras que ponen en peligro la salud
de quienes la toman o de sus descendientes” (Perón).
Los
Rockefeller de Chevron y sus socios megarricos tienen planes de “esterilización masiva” como han
denunciado entre otros Adolfo Pérez Esquivel. Y “bajo el pretexto de reducir los nacimientos se lleva al genocidio a
muchos pueblos pobres” (Pérez Esquivel).
La contaminación
medioambental como problema política o el ecogenocidio: una nueva forma de
eliminar a los pobres del mundo
“Una forma de concebir la pobreza en términos que no fueran monetarios
consistiría en hacer una descripción de sus condiciones medioambientales de
existencia”, escribe Kempf, autor recomendado, repetimos, por
Chávez, que también fue seguidor de muchas ideas de Perón. “La degradación de la biosfera generada
por este modelo se traduce en consecuencias que pesan en primer lugar sobre los
más pobres”, asegura
Kempf.
Que
los megarricos apoyen algunas políticas y medidas ecologistas, mientras por
otro lado destruyen el medioambiente, no es nada contradictorio si recordamos
las palabras del Comité Invisible: “La
ecología no sólo es la lógica de la economía total, también la nueva moral del
Capital”, o sea que “No sería
posible, sin la ecología, justificar la existencia actual de dos redes de
alimentación, una ‘sana y biológica’ para los ricos y sus hijos, otra
notablemente tóxica para la plebe y sus retoños, destinados a la obesidad”
(Comité Invisible).
O
sea que los hiperricos viven en sus “mansiones o reservas ecológicas hechas a medida”
(Soledad Barruti), comiendo alimentos orgánicos y bebiendo agua pura de
manantiales. Y arreglan con algún gobierno corrupto, para vivir dentro de algún
Parque Nacional, tener lago propio, y para usurparles tierras a los pueblos
originarios, y desalojarlos de sus tierras ancestrales. Del otro lado, los
ultrapobres viven entre la basura y los desechos radiactivos de ríos y ciudades
que vomitan muerte, comiendo comida basura transgénica, saborizada artificialmente
con varios tóxicos, llena de agrotóxicos y pesticidas, y bebiendo aguas
contaminadas con plomo, flúor, uranio, aluminio, bario y otros venenos. A los
que viven en las ciudades-cárceles actuales, los espacios verdes les están
vedados por alambrados, rejas, o muros. A los que viven en el monte: los
bosques quedan pelados llenos de monocultivos transgénicos. Y a la vez en
general no les cuentan que por ejemplo “en
América Latina mueren 22
hectáreas de bosque por minuto, en su mayoría
sacrificadas por las empresas que producen carne o madera, en gran escala, para
el consumo ajeno” (Galeano).
A la vez la
contaminación ambiental, los agrotóxicos y los transgénicos, están asociados al
cáncer y otras enfermedades, generándose “un
círculo vicioso” como dice María Ángeles Duran de la UNESCO. Las clases bajas que
viven en ambientes envenenados y comen comida chatarra se enferman, pierden sus trabajos, y se
vuelven más pobres, “y tienen menos
posibilidades de comprar en el mercado de cuidado lo que necesitan” (Durán).
Para quienes
todavía quieran negar la imagen de Estados Unidos como el Imperio Romano
decadente de estos tiempos (y pese a su fachada feliz de plástico y cartón y
realidad virtual a lo Hoollywood o McDonalds, el american way of life, “fundado en el privilegio del despilfarro” (Galeano),
tengan en cuenta que “Estados Unidos
utiliza más recursos que todo el planeta unido y fue pionero en eso de expulsar
a los campesinos y pequeños productores a fin de abrirles paso a las grandes
corporaciones agroindustriales” (Barruti). A la vez “los Estados Unidos consumen casi la mitad de drogas tranquilizantes
que se venden en el planeta” (Eduardo Galeano).
Y los números
nos dicen que hoy, la humanidad (o al menos los oligarcas megarricos) y su
modelo neocapitalista de hiperrderroche: “consume
más recursos que los que puede producir el planeta” (Kempf).
Por
otro lado el podio de los países más contaminantes lo lidera obviamente
Yanquilandia, y después vienen la Comunidad
Europea, y China ahí compitiendo por el segundo y tercer
puesto.
La Humanidad
con su economía expansiva está caminando hacia su propia destrucción, dice hoy
Kempf, recordando como en ecos el Mensaje…
ecoperonista del 72.
Oídos sordos a los
mensajes ecoperonistas
Los
propios peronistas hicieron oídos sordos a las palabras ecologistas de su
conductor, como dice el ¿ecoperonista? Pino Solanas: “el “Mensaje” pasó inadvertido o fue desvalorizado por sectores
políticos y académicos e incluso por gran parte de su movimiento… A inicios de
los años 70´ recién comenzaba a esbozarse lo que décadas más tarde sería la
conciencia ambiental. Nuestra generación estaba lejos de comprender la
importancia de estos temas: eran los tiempos de la dictadura militar de
Lanusse, con cárceles colmadas de presos políticos y huelgas, movilizaciones y
acciones violentas que se le oponían. Preocupados por la resistencia argentina,
no entendíamos por qué Perón insistía con el tema ambiental; costaba comprender
que la humanidad estaba entrando en la era de su auto destrucción, al degradar
la naturaleza y contaminar el aire, el agua y la tierra” (Solanas). Pasaron
cuarenta años, y el grueso del peronismo actual, no parece todavía haber
entendido ni medio las palabras del General, cuyo “legado doctrinario”, según Solanas “fue perversamente desvirtuado y los dirigentes del pejotismo
protagonizaron la mayor traición de la política argentina del siglo XX:
ejecutaron, invocando ese nombre, el proyecto neoliberal de sus enemigos
históricos. Pero el protagonista de la traición y la impostura no fue solamente
Menem: a pesar de contar con mayorías parlamentarias suficientes para cambiar
las principales leyes del período menemista, los gobiernos de Néstor y Cristina
Kirchner no las derogaron y el modelo de endeudamiento externo y predominio del
sistema financiero, de las privatizaciones del petróleo y la megaminería, la
exportación de granos y los servicios públicos; continúan vigentes”.
Como
dice Kempf, “muchos políticos son parte
de la oligarquía y defienden los intereses del capitalismo”. Aunque, como
el actual gobierno nacional, se muestre como populista, mantiene una política
en buena parte neoliberal y oligárquica, y defiende a las multinacionales
vampiras que agreden a nuestra Pachamama y al pueblo argentino, pese a las
advertencias de presidentes latinoamericanos vecinos como Correa, Chávez, y Evo
Morales, y al mismo padre del peronismo, don Juan Domingo.
Kempf dice que
muchas veces salta a la luz que vivimos en una ficción democrática, donde el
bienestar del pueblo –y de la
Naturaleza- queda en último lugar porque primero están las
ganancias de los megamillonarios: “Nuestros
sistemas no pueden llamarse más democracia, porque la potencia financiera
detenta un poder desmedido. La autoridad pública está en manos del sistema
financiero. Los poderes públicos nunca tomarán una decisión que perjudique a
los intereses económicos, a los intereses de la oligarquía financiera. Debemos
aceptar la idea de que quienes tienen las riendas del poder político del Estado
no toman decisiones en beneficio del interés general. Sus decisiones pueden ir
en contra del interés público” (Kempf).
La Revolución Mental
del Siglo XXI: el ecoperonismo-kuscheano-zapatista
Perón
nos llamaba a la revolución del futuro: la mental. Una mente que antes que con
la computadora, el celular, la televisión y la tecnología, tiene que conectarse
con la Naturaleza,
nuestra naturaleza interna y externa.
Para
Rulli el ecoperonismo kuscheano es el camino, que podríamos decir posibilitaría
un cambio del ser (mentalidad europea) al estar (cosmovisión de los pueblos
indígenas): “Que alguien nos pruebe que
estos pensamientos surgidos de la más auténtica entraña de las experiencias
peronistas, no son acaso un antecedente extraordinario y sorprendente de las
proclamas zapatistas que, con sus pasamontañas y sus armas empeñadas en no
dispararse, más de treinta años después, sorprendieron y movilizaron a las
juventudes latinoamericanas”.
Rulli
sugiere entonces que la revolución mental del ecoperonismo, hoy sería kuscheana
y zapatista, esto es indianista, pachamámica. Escuchando a nuestros sabios
pueblos originarios. Y
en medio de lo que los mayas neozapatistas llamaron la Cuarta Guerra Mundial, la
actual que se libra contra el género humano, Perón nos sigue llamando, no sólo
al pueblo argentino, sino a toda la Humanidad
a ponerse “en pie de guerra en defensa de
sí misma”.
El sueño apocalíptico de
la oligarquía planetaria
Kempf
dice que la secta de los multimillonarios, no cuidan el equilibrio ecológico
porque en realidad “aspiran a la
exacerbación, el desorden, juegan a acercarse cada vez más al límite invisible
del volcán… la tentación de la catástrofe ronda en el cerebro de los
dirigentes”. Y Hollywood y sus megaproducciones nos lo demuestran a diario:
el sueño americano hoy, es catastrófico y apocalíptico. Basta ver sus películas
tipo 2012, o Guerra Mundial Z.
El
capitalismo es una “religión de la
destrucción”, como dijo el filósofo Walter Benjamin. Y “la violencia” es “el núcleo
del proceso que funda la sociedad de consumo”, como aseguró otro filósofo
europeo, Jean Baudrillard.
No
hay opciones, como nos decía Perón. Y si no presionamos a nuestros políticos
para que cambien las cosas de este modelo neocapitalista de hiperderroche y
destrucción, contra la
Pachamama y la humanidad, la situación mundial llevará a “el caos o la guerra nuclear” (Kempf).
¿Ciencia-ficción
ecoperonista?
Rubén Morales, psicólogo y profesor universitario, peronista y
ufólogo de larga data (incluso conoció a los científicos y ufólogos más
destacados del siglo XX, que trabajaron para la NASA: el francés Jaques Vallée y el gringo Allen
Hynek, que asesoraron a Steven Spielberg en sus primeras películas sobre el
tema ovnis: Encuentros cercanos del
tercer tipo), cuenta que hay testimonios de que Perón también creía en los
ovnis y en otras formas de vida extraterrestre.
Veamos
este párrafo peronista del Mensaje…
de 1972: “En los centros de más alta
tecnología se anuncia entre otras maravillas, que pronto la ropa se cortará con
rayos láser y que las amas de casa harán compras por televisión y las pagarán
mediante sistemas electrónicos. La separación dentro de la humanidad se está
agudizando de modo tan visible que parece que estuviera constituida por más de
una especie”. Por un lado lo de las
compras por televisión (y por computadoras) es un hecho que no es ciencia
ficción sino que se volvió realidad, como vaticinaba el General, hace más de
quince años. Por otro lado subrayamos esa frase enigmática, donde dice que “la humanidad parece que estuviera
constituida por más de una especie”. Perón acaso creía como han sugerido
varios contactados y ufólogos, que hay “marcianos
entre la gente”, como cantaba Andrés Calamaro de la mano de Fabio Zerpa,
hace algunos años. Y esto quizás no sea para tomar a la ligera, ya que el tema
más allá de lo “chistoso” del marcianito enanito verde de Hollywood, puede dar
para muchas teorías y conclusiones serias y muy interesantes (como las de
Vallée y el psiquiatra Carl Jung, entre otros “científicos respetables”), en
las que quizás creía el propio Perón, que nos hablaba de que revolucionemos
nuestras mentes, lo cual implica abrirnos a concepciones e interpretaciones
nuevas de la realidad y de los hechos y eventos que suceden en nuestros tiempos
dinámicos posthistóricos. Y quizás, decíamos, Perón creía en los
interdimensionales Ellos de los que
hablaba el mismo geólogo y escritor peronista Héctor G. Oesterheld, en El Eternauta (1957-1959),
apropiado y puesto de moda por el propio gobierno kirchnerista actual.
Oesterheld escribió sobre “los Ellos… los
directores de todo… la cabeza directiva de la invasión”, dirigiendo a “los
manos” (los políticos-economistas) y a los “gurbos” (los militares) asociados a
la sinarquía internacional imperialista, manejada por logias y familias
masónicas y oligarcas conocidas como los Illuminatti o Los Iluminados, como por
ejemplo denuncian actualmente escritores como el inglés David Icke, o el citado
norteamericano Springmeier, entre otros, coincidiendo en muchas cosas con el
mismo Perón.
Al respecto no deja de ser curioso que en uno de los últimos
juegos de la empresa Google (que vimos pertenecería a los Rothschild), el
promocionado “Ingress” (lo ha promocionado hasta el oficialista canal 7),
encuentra dos grandes bandos: Los Iluminados, y La Resistencia. O sea según
términos ecoperonistas, tenemos a la oligarquía imperialista o la sinarquía
internacional, o los Ellos
(Los Iluminados), y del
otro lado a la humanidad y sus pueblos, o a nosotros (La Resistencia).
“Era como salir de una
pesadilla que vivíamos dentro de otra… ¡Han sido Ellos quienes, en estos momentos están cosechando los frutos de la
supertrampa que han tendido a la humanidad!” escribía Oesterheld en El Eternauta. Y no podemos olvidar que por escribir sus grandes
historias “fantasiosas”, fue que lo secuestraron, desaparecieron y asesinaron
en 1977, los militares argentinos en complicidad con la CIA, el FMI, y empresas transnacionales
como la Esso-Standard
Oil-Chevron, la
Shell, ITT, la
Siemens, y la
Ford y otras automotrices como denunció Walsh antes de que lo
asesinaran-desaparecieran también. Como una
pesadilla dentro de otra pesadilla…que continúa vigente hasta nuestros días.
Y hasta que despertemos de una vez como Humanidad, y nos pongamos en pie de
guerra en defensa de nosotros y nosotras mismos.
Bibliografía Básica: Juan D. Perón, Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo. Julio
Cortázar, Fantomas contra los vampiros
multinacionales. Héctor Germán Oesterheld/
Solano López, El Eternauta. Eduardo
Galeano, Ser como ellos y otros artículos.
Roger-Pol Droit, Entrevistas con
Michel Foucault. Hervé Kempf, Cómo
los ricos destruyen el planeta. Rodolfo Walsh, Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. David Icke, Y la verdad los hará libres.
(FIN DE LA TERCERA PARTE)
REVISTA CONTRACULTURAL