8 de agosto de 2012

No hay mal que por bien no venga

LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA SE INTEGRA AL MERCOSUR 
Luego de la suspensión de Paraguay, separado tras el golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo, los mandatarios del MERCOSUR resolvieron formalizar la incorporación de la República Bolivariana de Venezuela. Tras este paso histórico, queda todavía un largo recorrido por delante.
Por Marcelo J. Levy
En su formato inicial, el Mercosur se propuso crear un mercado común para la libre circulación de bienes, servicios y personas entre los Estados miembros. A través de un arancel externo común, los países acordaron abrirse e integrarse entre ellos y protegerse hacia fuera de la competencia de terceros.
La intención de Venezuela de integrarse al Mercosur nace desde el inicio del primer gobierno de Hugo Chávez en 1999, cuando anunció la decisión de gestionar su ingreso. En 2002 se firma en Brasilia el acuerdo Comunidad Andina de Naciones (CAN) - Mercosur y en 2004 Ecuador, Colombia y Venezuela ingresan como miembros asociados según los Acuerdos de Complementación Económica de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Por caminos opuestos caminaron Colombia y Perú, que decidieron firmar primero un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, concediéndole a la gran potencia del Norte mejores condiciones que a sus socios de la CAN. Esta decisión unilateral provocó la retirada de Venezuela del acuerdo andino y obligó al gobierno bolivariano a centrar el interés en el ingreso al Mercosur.

En la Cumbre Presidencial celebrada en Montevideo en 2005, se aprobó el Acuerdo Marco con el que se iniciaría el ingreso formal de Venezuela al Mercosur. Se creó un Grupo Ad Hoc para negociar el Protocolo de Adhesión y convenir los cronogramas para la implementación de la normativa vigente. En 2006 se firmó en Caracas dicho protocolo, el cual entraría en vigor una vez que los Parlamentos de los países miembros lo aprobasen. El objetivo declarado del gobierno venezolano de priorizar la lucha contra el desempleo, la pobreza y la exclusión social  desató férreas resistencias a la incorporación de Venezuela al Mercosur. Desde entonces el Senado de Paraguay se dedicó a impedir este proceso. Así, tras la suspensión del país guaraní debido a la maniobra orquestada para derrocar al presidente Lugo, fue posible remover el único obstáculo que impedía el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur.

Venezuela es un país rico en recursos petrolíferos, gasíferos y minerales, pero pobre en capacidades tecnológicas para transformarlos en productos de mayor valor agregado. Lo más importante es saber aprovechar la oportunidad que se presenta para complementar capacidades y recursos en función de impulsar un nuevo tipo de integración económica basado en la transferencia de tecnología, asistencia técnica a la economía social e incorporación de un creciente valor agregado nacional en los proyectos de inversión.

Tengamos en cuenta que no se trata sólo de integración de los mercados. La integración más importante tiene que ser protagonizada por los pueblos. Para encontrar soluciones a los principales problemas que agobian hay que abrir los acuerdos de integración a la participación de los protagonistas sociales y políticos, promoviendo una relación directa, sin intermediarios, entre los pueblos.

Cada vez se les hace más difícil a las potencias económicas y militares esgrimir sobre sus mesas planes para apoderarse de las bastas y abundantes fuentes de energía y de recursos naturales en general que están en territorio Suramericano.

Distintas voces se alzaron en contra de la incorporación Venezolana. Los sectores conservadores y reaccionarios de cada uno de los países miembro, que no pueden concebir el perfil político que el Mercosur intenta adoptar. El pedido expreso de formar parte de la República del Ecuador muestra a las claras los nuevos objetivos de un bloque que se ha configurado como la quinta potencia a nivel mundial por sus potencialidades energéticas, alimentarias y en biodiversidad.

Nuevos desafíos aparecen en una Latinoamérica que sigue dando muestras de unidad y de fortaleza frente a las embestidas imperialistas y de los grupos reaccionarios locales. Esperemos que Honduras y Paraguay sean el inicio y el definitivo final de las políticas para el Cono Sur.


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