7 de marzo de 2012

Postales de la Cuarta Guerra Mundial (I)

UNA GUERRA CONTRA EL GÉNERO HUMANO

Guerrilleros, escritores, cineastas, analistas, periodistas, cardenales, militares, etc. coinciden en que estamos ya en la Cuarta Guerra Mundial. Todos hemos escuchado sobre la Primera Guerra Mundial (1914-1919, ocurrida principalmente en suelo europeo), y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945, que terminó con dos bombas atómicas yanquis sobre dos ciudades japonesas). La Tercera Guerra Mundial no llegó a ser la temida Guerra Nuclear, sino que fue la Guerra Fría, la Guerra debajo de otras guerras (Corea, Cuba, Vietnam, Malvinas, etc.), con fechas y escenarios a veces difusos (como las guerras contra la subversión en Latinoamérica). El hecho es que estamos en una nueva guerra mundial, con bombas, balazos, palos, piedras, muertos, presos políticos (“todo preso es político”, cantaban Los Redondos), consumismo, saqueos, invasiones, manipulaciones, esclavizaciones, narcotizaciones, etc. ¿Cuándo comenzó esta nueva guerra? Algunos dicen que con el supuesto “ataque terrorista” musulmán, o mejor dicho “el auto-atentado imperialista del 11 de septiembre en USA” (Illescas-Gonzáles), o sea con la caída de las torres gemelas en pleno corazón del Imperio, en el 2001. Otros hablan de la caída del muro de Berlín y del derrumbe económico de la Unión Soviética y los países socialistas del este, y otros hablan también de estallidos latinoamericanos como el Caracazo, en 1989, y la posterior insurrección maya-zapatista en México. Aunque en general todas las voces coinciden en algo: la Cuarta Guerra Mundial “ocupa toda la extensión del globo”. Y todos los frentes.

Por Xuan Pablo Gonzalez


“Nosotros decimos que esta Cuarta Guerra Mundial tiene como enemigo al género humano.”
Subcomandante Marcos

“La Cuarta Guerra Mundial, como la Segunda, también se trae entre manos una solución final… Cuando la concentración de capitales y la automatización acumulen toda la propiedad del planeta en pocas docenas de propietarios, todos los demás seres humanos serán desechables. Adivine usted en cuál grupo quedará comprendido, y sabrá qué bando le corresponde en la última Guerra Mundial.”
Luis Britto García

“La cuarta guerra mundial ya comenzó. Mientras usted descansa, mientras usted consume, mientras usted goza de los espectáculos que le ofrece el sistema, un ejército invisible se está apoderando de su mente, de su conducta y de sus emociones. Su voluntad está siendo tomada por fuerzas de ocupación invisibles sin que usted sospeche nada. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, sino en su propia cabeza.”
Manuel Freytas


¿La Primera Guerra Mundial?

Los libros todos dicen y redicen que la Primera Guerra Mundial empezó en 1914, en Europa, y aunque fue una guerra básicamente europea fue llamada mundial.

Por otro lado las voces orales de los pueblos originarios dicen cosas muy distintas, que la primera guerra empezó mucho antes, y los indios Hopi, dentro del territorio del mismo Imperio Yanqui, por ejemplo dicen que para ellos la Primera Guerra Mundial empezó en 1492 con la llegada de Colón a tierras americanas: una guerra que dejó entre “90 y 140 millones de hermanos masacrados”, como han manifestado los pueblos originarios de nuestro continente.

La Primera Guerra Mundial fue así una guerra de expansión imperialista europea, contra los pueblos originarios de las Américas, África, Asia, y Oceanía. Y esta Cuarta Guerra de exterminio genocida contra el Tercer Mundo, tiene muchas de las características todavía, de aquella primera guerra de Colón. Y si aquella fue una guerra de colonización, ésta es sin dudas una de recolonización.

Desde tierras mayas el subcomandante Marcos dice: "El mundo indígena está lleno de ejemplos que ilustran esta estrategia: el señor M. Ian Chambers, director de la oficina para América Latina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), declaró que la población indígena total (300 millones de personas) viven en zonas en las que se encuentra 60% de los recursos naturales del planeta: No es pues sorprendente -dijo- que múltiples conflictos estallen para ampararse de sus tierras... La explotación de los recursos naturales (petróleo y minas) y el turismo son las principales industrias que amenazan los territorios indígenas en América. Después vienen la contaminación, la prostitución y las drogas".


Las víctimas

Toda guerra necesita muertos, para comprobar que se trata de una guerra de verdad. Vayamos a algunos números, de esta Cuarta Guerra. La Unicef por ejemplo nos dice “que cerca de medio millón de niños perecen cada año en los países subdesarrollados como consecuencia de la crisis de la deuda” (Britto García).

Y podemos continuar con los niños, jóvenes y adultos que mueren de hambre, o por cáncer por la contaminación ambiental, o por falta de medicamentos, o por los gatillos fáciles: en Argentina por ejemplo, entre el 97 y el 2005 tenemos 1626 jóvenes pobres asesinados; mientras en México tenemos 50.000 asesinados en los últimos cinco años, por la “corrupción y represión militar y policial” en medio de una “guerra narco” que deja 12 periodistas muertos al año (Jorge Paihlé); y en la Colombia de Uribe -que ahora viene a darle cátedra de seguridad a Cristina-, unas 35.000 mil personas son asesinadas al año por la represión policial y parapolicial (Marli Aguiar); o sino como plantean los intelectuales de derecha, tenemos “37.000 heridos y 18.000 muertos” en actos terroristas desde el 11 de Septiembre del 2001.

Por otro lado podemos tomar algunas cifras oficiales de una guerra importante dentro de esta Cuarta Guerra, la Guerra de invasión imperialista a Irak: entre 2003 y 2007 hay más de 1.200.000 muertos, y la guerra sigue todavía hasta hoy (cinco años después) así que esas cifras quizás se hayan duplicado o más.


Corresponsales de Guerra

Entre los testimonios más interesantes de estas últimas dos guerras mundiales, la Tercera pasada o Guerra Fría, y la Cuarta y actual, tenemos los de dos escritores de ciencia ficción norteamericanos, mostrando que la ciencia ficción en los mejores casos no es una fantasía banal, sino un género artístico visionario: “Pueblos de la tierra, los han envenenado”, decía William Burroughs allá por 1964, en su novela Expreso Nova, y después recomendaba: “resistencia absoluta contra esta conspiración para liquidar a los pueblos de la tierra con sucedáneos que no sirven da nada”.

Por otro lado Philip K. Dick en Radio Libre Albemut, a principios de los 80, decía que “los EEUU y la URSS” eran las dos partes del mismo Imperio: “El Imperio de los esclavos contra aquellos que luchaban por conseguir la justicia y la verdad”, el Imperio Romano dividido entre Oriente y Occidente “con fines puramente administrativos”, y tenían “un único sistema de valores”. Zanjada después esta verdad-ficción, con la caída del muro y la derrota virtual de la URSS y el triunfo del mismo y único Imperio Romano-Yanqui, quedó libre el escenario para la cuarta guerra: contra los bárbaros del mundo.

Por otra parte, coincidentemente un corresponsal de esta nueva guerra global es el documentalista Rick Rowley, cuya película La cuarta guerra mundial, es promocionada en la red como “una guerra del ‘Imperio’ contra la ‘Multitud’ de voces disidentes que se rebelan contra el orden económico imperante”.


La Cuarta Guerra Mundial empezó en Indoamérica

Para el escritor venezolano Luis Britto García la cuarta guerra empezó en territorio latinoamericano, en la Venezuela prechavista, precisamente: “Siempre digo que el 27 de febrero de 1989 empezó en Venezuela la cuarta guerra mundial, la tercera había sido la guerra fría, y la cuarta es la guerra contra el neoliberalismo, que comenzó en Caracas ese día” (Britto García). Y precisamente es la Venezuela bolivariana de Chávez una gran amenaza de conflicto bélico mundial contra el Imperio Gringo, como vimos recientemente en los medios (internacionales y nacionales), y en películas como Al Sur de la Frontera de Oliver Stone.

Y aparentemente los primeros en referirse a esta guerra global como la Cuarta Guerra Mundial fueron los pueblos mayas zapatistas en Chiapas, a través de su vocero oficial el subcomandante Marcos.


La guerra psicológica y cultural

Para Britto García, en esta Cuarta Guerra “La cultura es cuestión estratégica”, como lo fue en la Tercera: “Los estudios de los documentos de la CIA han revelado que ésta sostuvo una Guerra Fría Cultural en el curso de la cual compró y promovió artistas”, y automáticamente pensamos en tipos como Borges, Vargas Llosa, Cabrera Infante, etc. Y esto no sólo sigue pasando sino que se ha intensificado (y la lista de intelectuales y artistas del espectáculo “comprados” se ha alargado sin dudas).

“El blanco en la Guerra sin Fusiles, la Guerra de Cuarta Generación (también llamada Guerra Asimétrica), el campo de batalla ya no está en el exterior, sino dentro de su cabeza”, dice Manuel Freytas, dirigiéndose a los lectores, a todos nosotros-ustedes: “El objetivo ya no es matar, sino controlar. Las balas ya no apuntan a su cuerpo, sino a sus contradicciones y vulnerabilidades psicológicas. Su conducta está siendo chequeada, monitoreada, y controlada por expertos. Su mente y su psicología están siendo sometidas a operaciones extremas de guerra de cuarta generación. Una guerra sin frentes ni retaguardias, una guerra sin tanques ni fusiles, donde Ud., es a la vez, la víctima y el victimario… Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare - 4GW) es el término usado por los analistas y estrategas militares para describir la última fase de la guerra en la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas”.

Concluye Freytas que “Como en la guerra militar, un plan de guerra psicológica está destinado a: aniquilar, controlar o asimilar al enemigo”. Y dicen José Illescas y Jimena Gonzáles que la cultura imperial termina siendo un “Programa de Control” que “instrumentaliza a las energías-materias de todo tipo, que alimenta y retroalimenta en lo cotidiano, de día en la vigilia, y de noche en el sueño”, en cada individuo o ser humano.

Una vez ganada la guerra cultural, recordaba el Premio Nóbel argento, Adolfo Pérez Esquivel, en una charla en el recuperado Bauen, la victoria para el Imperio se perfilaba como una cosa fácil: victoria económica y victoria militar. La cultura global le permite así “el Control Total del Planeta” (Illescas-Gonzáles), y se vuelve “un factor de involución de la condición humana”.

Pero esta guerra psicológica, debemos entender, está llena de psicólogos sometidos a una psicología imperialista dominante que “aliena las reales potencias de la condición humana” (Illescas-Gonzáles), a saber: nuestros sueños, intuiciones, imaginaciones, percepciones (ordinarias y extraordinarias), proyecciones, etc., y pueden catalogarnos como paranoicos, por pensar así de “ellos”.


Guerra en los medios

Ya desde la Tercera Guerra, pero especialmente en esta Cuarta, “los medios de comunicación se vuelven un frente de batalla muy importante”, dice desde las tierras mayas Marcos.

“Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc.) son sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes redacciones y estudios de radio y televisión… El bombardeo militar es sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas y las imágenes sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo militar”, dice Freytas por otro lado, y agrega que “Los bombardeos mediáticos con consignas están destinados a destruir el pensamiento reflexivo (información, procesamiento y síntesis) y a sustituirlo por una sucesión de imágenes sin resolución de tiempo y espacio (alienación controlada)… Los bombardeos mediáticos no operan sobre su inteligencia, sino sobre su psicología: no manipulan su conciencia sino sus deseos y temores inconcientes. Todos los días, durante las 24 horas, hay un ejército invisible que apunta a su cabeza: no utiliza tanques, aviones ni submarinos, sino información direccionada y manipulada por medio de imágenes y titulares. Los guerreros psicológicos no quieren que usted piense información, sino que usted consuma información: noticias, títulos, imágenes, que excitan sus sentidos y su curiosidad, sin conexión entre sí”.

Así que no sólo nos bombardean con la música pop narcotizante (torturadora) en radios y canales de tv., de pongamos por caso: Britney Spears o Shakira, sino que además nos bombardean con noticias sobre sus shows y espectáculos, y sus vidas privadas decadentes en los noticieros (más torturas). Y así con otros personajes de los medios y la farándula, que sólo están ahí como pantalla sadomasoquista para distraer patéticamente nuestra atención de cualquier espíritu de rebelión o lucha o reflexión sobre la situación de esta guerra mundial. La cultura dominante, diagramada y proyectada por el Imperialismo, “tiene el control de todos los medios de comunicación posibles”, y es claramente “una cultura de la esclavitud y para la esclavitud” (Illescas-Gonzáles).


La decadencia de Occidente: la caída de Roma

Desde hace ya un siglo, filósofos europeos como Nietszche o Spengler vienen hablando de la decadencia de Occidente. Pero la caída de un Imperio de más de 2000 años no puede ser en un día ni en unas semanas, y mucho menos sin ofrecer resistencia.

Para José Catalán Deus “La Cuarta Guerra Mundial se ha iniciado mientras se apagaba la Tercera, la Guerra Fría, por el colapso de uno de los dos contendientes, la Unión Soviética y el bloque socialista de países y organizaciones que encabezaba”, y agrega: “Dentro de Occidente, se palpa la decadencia. El consumismo ha corroído todo ideal, toda referencia moral. A veces parece que vivimos el hundimiento de un imperio acosado por los bárbaros”.

La Cuarta Guerra Mundial entonces nos revela la decadencia del mundo y la cosmovisión occidental y cristiana: la caída de Occidente es la caída del Imperio Romano como decía Dick, un Imperio de más de dos siglos, que aparentemente sólo cambió la fachada y expandió sus territorios.

La caída de Roma también se traduce como la caída del cristianismo, la caída del catolicismo, la caída de los papas nazis y sus complicidades espirituales con los genocidios, las guerras mundiales y el secuestro y la desaparición de personas. En definitiva, la caída de toda una era astral y terrenal, la Era de Piscis, -o el Kali Yuga hinduista-, llena de valores que se derrumban en estos tiempos de cambios que los sabios y sabias andinas llaman Pachakutik (o Renovación del Tiempo-Espacio).


Una Guerra total

Esta Cuarta Guerra Mundial entonces no sólo es militar, policial y parapolicial, sino además psicológica, cultural, mediática, económica, política, biológica, bacteriológica, social, diplomática, etc. Es una “‘guerra total’”, como dice el Subcomandante Marcos: “no es sólo una guerra en todos los frentes, es una guerra que puede estar en cualquier lado, una guerra totalizadora en donde el mundo entero está en juego. ‘Guerra total’ quiere decir: en cualquier momento, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia”.

Hace un año en el acampe de los Qom en la 9 de Julio y Avenida de Mayo, en reclamo por la justicia por el asesinato de Roberto López (responsabilidad del gobernador formoseño y “miserable represor de los Pueblos Originarios”, Gildo Insfrán, frente al cual “este gobierno se ha callado la boca”, como dice Osvaldo Bayer), y con las amenazas contra el desalojo de sus tierras ancestrales, y la persecución del cacique Félix Díaz por “terrorista”, y que fueron finalmente desalojados del centro de nuestra ciudad capitalina por la presión conjunta de la Cámpora y las fuerzas armadas del gobierno nacional y de la ciudad, tras las falsas promesas de siempre, bien al estilo cultural “winka” (ladrón o invasor en mapuzungun); el compañero qom Bernardo Villa me decía entonces precisamente eso mismo que Marcos: “Es una Guerra total”. Y tiene escenario principalmente en nuestras mentes.


La guerra está en nuestras mentes

En nuestros cerebros también se desarrolla esta nueva Cuarta Guerra: qué leemos (qué diarios, revistas, libros, etc.), qué escuchamos (qué radios, discos, etc.), qué vemos (qué series, programas, películas, espectáculos, etc.), qué alimentos y qué drogas consumimos (mariguana, tabaco, LSD, aspirinas, cocaína, alcohol, éxtasis, ketamina, prozac, ribotril clonazepán, etc.), etc. Lo que dejemos se cuele en nuestros cerebros humanos retorcidos, será la medida con la que mediremos, juzgaremos, o interpretaremos el mundo, y actuaremos en consecuencia.

Esta guerra que es psicológica y cultural y mental, es “la invasión de un verdadero Ejército Cultural destinado a ganar la batalla dentro de las mentes de la población invadida”, dice también Walter Moore en La Cuarta Guerra Mundial, el Imperio Global contra el Tercer Mundo.

Las mentes dominantes del Imperio crearon para todas las mentes de la humanidad “una estructura de ‘Realidad Virtual’ que superó y superará a la actual creación de la ‘realidad virtual’ del ‘espacio cibernético’” dicen desde el Altiplano boliviano Illescas y Gonzáles. Una guerra que además de recordarnos los libros de Dick, puede recordarnos a películas dickeanas como Matrix.

(FIN DE LA PRIMERA PARTE)

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