5 de junio de 2010

Un bloqueo tan inhumano que ni siquiera acepta ayudas humanitarias

INSÓLITO ATAQUE DE ISRAEL A FLOTILLA HUMANITARIA EN GAZA

La marina de Israel abordó, en aguas internacionales, a uno de los nueve barcos de una caravana humanitaria que se dirigía hacia Palestina. Los integrantes de la caravana habían decidido romper el bloqueo impuesto por Israel a la Franja de Gaza y como resultado recibieron el ataque de la marina, que mató a 19 personas y dejó a otras 30 heridas. Este incidente constituye un uso desproporcionado de la fuerza militar para defender una política cruel y mortal: el bloqueo israelí de Gaza mantiene a todo un pueblo cercado y con grandes carencias.

Por Hernán L. Giardini


La Flotilla de la Libertad, como la bautizó la organización Gaza Libre, integrada por militantes y miembros de diversas organizaciones solidarias europeas, fue conformada por el rechazo de los ciudadanos de muchos países al cerco ilegal y humillante que mantiene el ejército israelí del territorio palestino, donde más de un millón y medio de personas -adultas, niños y ancianos- sobreviven con grandes carencias y privaciones.

Esta acción coordinada por la sociedad civil internacional para romper el bloqueo marítimo de Gaza y llevar al sitiado territorio palestino diez mil toneladas de ayuda (medicinas, alimentos, material quirúrgico, generadores, etc.), estaba integrada por nueve embarcaciones y llevaba unas 750 personas a bordo, pertenecientes a unas cincuenta nacionalidades diferentes.

Israel había anunciado que no permitiría que esas embarcaciones rompieran el bloqueo que su país ejerce de forma arbitraria e unilateral. A pesar de la amenaza, la caravana humanitaria continuó su marcha.

Sorprendentemente, militares israelíes iniciaron un ataque contra uno de los barcos que se encontraba a 65 Km. de la costa de Gaza. Un reportero de la televisión turca, que estaba en una de las nueve embarcaciones, aseguró que se hallaba en aguas internacionales, y que ante su decisión de desafiar el cerco económico a Gaza, fueron atacados por helicópteros que descendieron violentamente disparando armas de fuego y gases lacrimógenos en la embarcación. Los activistas se defendieron con lo que tuvieron a mano.

El gobierno israelí afirmó que sus milicias actuaron "en defensa propia" al ser atacados con palos y otros elementos, y que lamenta que en esas acciones se hayan producido muertos y heridos. Los argumentos son tan burdos y grotescos que sólo pueden interpretarse como un abierto desafío a la comunidad internacional.

Lo cierto es que la marina israelí mató a 19 civiles e hirió a otras 30 personas integrantes de una caravana solidaria con la causa Palestina. Algunos de ellos fueron luego llevados por la fuerza a un centro de detención habilitado por el gobierno en la localidad de Ahsdod, situada al norte de la franja. Recién luego de la condena y presión internacional fueron liberados.

Este incidente constituye un uso desproporcionado de la fuerza militar para defender una política cruel y mortal: por culpa del bloqueo israelí de Gaza, dos tercios de las familias no saben dónde encontraran su próxima comida.

Después de haber masacrado miles de mujeres y niños de Gaza, después de haber bombardeado escuelas y hospitales, después de haber disparado contra ambulancias y utilizado armas químicas, ahora masacran también a los humanistas internacionales.

Esta matanza producida por el gobierno de Israel demuestra una vez más la naturaleza reaccionaria que realiza desde décadas un régimen que no sólo niega el derecho del pueblo palestino a un estado independiente, sino también a su ayuda humanitaria.

La reciente acción de Israel constituye un verdadero crimen de dimensión internacional, que se dio en el marco de una política que (hasta ahora) tenía el apoyo político y la tolerancia de los Estados Unidos y de gran parte de la Unión Europea.

Desde hace muchos años las condenas a sus violaciones del derecho internacional y de los derechos humanos han sido ignoradas e incumplidas por Israel. Otras han sido sistemáticamente bloqueadas por el veto que dispone Estados Unidos en ese organismo.

Un claro ejemplo de esto es la tragedia provocada por la operación "Plomo Fundido", iniciada en diciembre del 2008 con la masacre de población civil en Gaza (1.300 muertos, miles de heridos, destrucción de viviendas e infraestructuras básicas), que no tuvo más que sanciones retóricas. Tampoco el bombardeo premeditado contra almacenes de víveres de las Naciones Unidas para los refugiados provocó medidas contundentes. Sobre esa reiterada impunidad, el belicista estado de Israel ha ido construyendo su expansión física y su ocupación ilegal de territorio palestino.

Con el argumento de su “seguridad" se han apoderado de territorios, han destruido cultivos y viviendas palestinas, han convertido amplias regiones de Gaza en una especie de campo de concentración, alambrado, sitiado y reducido a precarias formas de sobrevivencia. Han asesinado a miles de personas, en muchos casos a familias enteras, con el argumento de que "entre ellos" podía estar un dirigente palestino. Sus crímenes siempre han contado con la "comprensión" de sus aliados norteamericanos y europeos, que han acompañado las masacres israelíes con frases sobre su derecho a protegerse del “terrorismo".

Ha llegado la hora de que las Naciones Unidas, la Unión Europea y la mayoría de los países y de las organizaciones multilaterales le exijan a Israel que levante de inmediato el bloqueo inhumano que mantiene en Gaza, y que los responsables por este insólito ataque a una misión humanitaria rindan cuentas.



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