1 de julio de 2009

Las huellas del pasado

GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS

Altos mandos militares, conjuntamente con sectores de la Justicia y de la Iglesia, llevaron adelante en Honduras un golpe de estado a la vieja usanza. El motivo: no toleraron la participación del pueblo en una consulta no vinculante sobre la posibilidad de una asamblea constituyente.
Por Marcelo J. Levy


Otra vez, aunque de a poco nos habíamos desacostumbrado, los sectores más reaccionarios y conservadores vuelven a salir a la luz. Esta vez le tocó a Honduras, un país con 8 millones de habitantes erigido hoy en un hervidero que marcará, en algún aspecto, ejemplos para otros países de la región.

El gobierno usurpador encabezado por Roberto Micheletti, esgrime una “legalidad” del golpe de estado por una presunta violación a la Constitución. Pero hagamos un raconto de los sucesos. El domingo 28 de junio en horas de la madrugada, cuando el pueblo hondureño se disponía a ejercer su voluntad democrática en una encuesta con carácter de consulta promovida por el Presidente de la República Manuel Zelaya Rosales para profundizar la democracia participativa, un grupo de uniformados con capuchas que afirmó recibir ordenes del Alto Mando de la Fuerza Armada, asaltó la residencia del Presidente Zelaya para secuestrarlo, desaparecerlo por unas horas y luego expulsarlo violentamente de su Patria.

Inmediatamente, el pueblo de Honduras reaccionó y se volcó a las calles de las distintas ciudades y pueblos de Honduras. A primeras horas de la mañana, centenares de mesas electorales recibieron a miles de mujeres y hombres que asistieron a ejercer su derecho al voto, y al ser informados del secuestro de su Presidente, comenzaron a repudiar el golpe de Estado, dando un ejemplo de heroísmo al enfrentar desarmados los fusiles y los tanques.

Medios alternativos y Telesur fueron los únicos que lograron romper el silencio nacional e internacional que quiso imponer la dictadura al cerrar el canal del Estado y cortar el suministro eléctrico, buscando esconder y justificar el golpe de estado ante su pueblo y la comunidad internacional, y demostrando una actitud que recuerda la peor época de dictaduras que se vivieron en el siglo veinte en nuestro continente.

Entre viajes de San José a Washington luego a Managua y otra vez a San José, Manuel Zelaya todavía no ha vuelto a Tegucigalpa. Aquellos que discursivamente apoyan el gobierno constitucional y abogan por el retorno a sus funciones del presidente poco y nada han hecho. Y Mucho menos esperar algo de Estados Unidos que aparece repudiando el golpe, pero no cortan los créditos para no perjudicar “a la población hondureña”. Incluso su base militar en Soto Cano ha servido por años como foco para la violación de los derechos humanos en Honduras y otros países centroamericanos y para agredir a otros gobiernos. Esa base ha moldeado el carácter golpista del ejército hondureño. Los acontecimientos actuales demuestran que esa base no debe funcionar más y menos en las actuales circunstancias en que se encuentra bajo la tutela de los golpistas. La Constitución de Honduras no permite legalmente la presencia militar extranjera en el país. Esta base está a sólo 97 kilómetros de Tegucigalpa. Es la base de tarea conjunta " Bravo " (JTF-B) integrada por efectivos del ejercito, las fuerzas aereas, fuerzas de seguridad conjunta y primer Batallón Regimiento nº 228 de la aviación yanqui.Tiene seiscientos efectivos, dieciocho aviones de combate. Ha sido operativa desde el año 1981, cuando fue activada por los yanquis durante la administración de Ronald Reagan. En los años ochenta la base fue utilizada por el Coronel Oliver North, como base de operaciones para la "Contra". El Comandante de la Aviación de Honduras General Luis Javier Price Suazo estudió en la Escuela de las Américas en 1995. El jefe del Estado Mayor Conjunto el General Romero Vásquez, destituido por Zelaya el día 24 de Junio, y luego ACTOR PRINCIPAL DEL GOLPE, también estudió en la escuela de las Américas. Estos datos sobre la base aérea Soto Cano intentan echar luz sobre la injerencia y responsabilidad norteamericana.

La Organización de Estados Americanos (OEA) actuó también tardíamente. Unos días antes del golpe debía haber estado en Honduras, como lo reclamó el presidente Zelaya. El Secretario General, José Miguel Insulza si bien intimó a los golpistas, su eficacia deja mucho que desear, más a sabiendas de que la OEA cuando quiere actuar actúa, y sobre todo si de golpes de estado se trata.

Sin perjuicio de lo hecho por los Jefes de Estado y de los organismos multilaterales, el valiente pueblo de Honduras ha hecho y sigue haciendo presencia diaria, pacífica y multitudinaria en las calles exigiendo el regreso del presidente que han elegido de manera democrática y soberana.

En estas horas el presidente de Costa Rica Óscar Arias se estableció como mediador. Manuel Zelaya dijo en virtud de un encuentro que se realizará entre él y Micheletti "se ha creado en Costa Rica un régimen de excepción: recibir a un criminal que ha golpeado a nuestro pueblo y ha golpeado los derechos de nuestra democracia, recibirlo aquí y no capturarlo, porque que ha violado todos los procedimientos de ley en el mundo y en el derecho internacional. El mundo lo ha condenado, no Honduras, incluyendo los pueblos de Costa Rica", recalcó Zelaya.

Y no se ha equivocado. El mundo repudia el golpe de estado y los medios lo defienden. Quieren hacernos creer que fue en legítima defensa de la Constitución y que se llamará a elecciones a fin de año. Terrible antecedente para las democracias del mundo. Creer que es válido que se intervengan gobiernos democráticamente elegidos para poner orden. Máxime si tomamos en cuenta que la cuarta urna era una compulsa no vinculante.

Han pasado varios días y Manuel Zelaya todavía no ha vuelto a Honduras. Como siempre, somos los pueblos los que vamos a poder cambiar la historia y el hondureño lo esta haciendo. Hay que seguir dando lucha hasta el retorno de Manuel Zelaya al ejecutivo hondureño. ¡Viva el pueblo de Honduras!

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